Si la comida ronda tu cabeza las 24 horas del día puedes terminar teniendo un problema. Quizás seas capaz de controlar estos pensamientos de modo que tus hábitos no se vean demasiado alterados, pero podría convertirse en una obsesión. No puedes permitir que tu vida gire en torno a la comida.
¿Por qué no puedes quitarte la comida de la cabeza?
Las razones que pueden estar llevando a tu organismo y tu mente a pensar en comer a todas horas pueden tener su origen en factores fisiológicos o emocionales.
Entre las causas fisiológicas más frecuentes destacan los desajustes hormonales. Hormonas como la insulina, leptina, glucagón y cortisol ponen en marcha una serie de mecanismos que pueden activar o desactivar tu hambre.
La dieta y el estilo de vida que llevas también pueden ser responsables de estos pensamientos. Por ejemplo, está demostrado científicamente que si tu alimentación está basada en azúcares y productos refinados, tendrás mucho más apetito que si elaboras tus platos con productos naturales de temporada.
En el otro lado nos encontramos con las causas emocionales. El estrés, la ansiedad, el miedo, la angustia, la soledad, una intensa vida social… pueden desatar en ti un apetito voraz. En este caso no existe una sensación de hambre real, sino que se trata de llenar esos vacíos emocionales con el placer que proporciona la comida.
Ideas para distraer al hambre
Sea cuál sea el motivo por el que la comida no se marcha de tu mente, tienes que llegar a la raíz del problema. Mientras tanto, te enseñamos algunas técnicas agradables para distraer el hambre. ¡Mándala a paseo!