Ser feliz

Rafa Santandreu

Ser feliz

Soy psicólogo por la Universidad de Barcelona y me dedico al trabajo con pacientes, a la formación de profesionales de la salud y a la divulgación de la psicología dando conferencias. Soy autor de varios best sellers:“El arte de no amargarse la vida” , "Ser feliz en Alaska" o "Nada es tan terrible". Desde aquí, cada semana responderé a vuestras consultas. ¿Mi objetivo? Que podáis ser felices en cualquier situación, incluso contra viento y marea.Más información sobre mí.

cuando todo se vuelve predecible

Mis amigos son aburridos

El psicólogo Rafa Santandreu nos cuenta cómo recuperar la ilusión tras regresar a tu ciudad tras una larga estancia viviendo fuera.

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Rafael Santandreu

Psicólogo y autor del libro "Sin Miedo".

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Acabo de volver a Madrid tras cuatro años trabajando en Alemania. He vuelto con ganas de volver a mi ciudad y con mi gente, pero estoy como decepcionada, me aburro y lo veo todo muy predecible. Suena mal, pero veo a los demás sosos y con sus vidas hechas, con parejas y niños y siento que no encajo. Pensaba que iba a ser más estimulante y veo que no es así. No sé si volver a irme, pero en el fondo creo que el problema seguiría ahí.

Efectivamente si te vas, el problema sigue estando. No se trata de dónde estés sino de cómo estés. Te diría que si hace cuatro años que no vives en tu ciudad, necesitarás un tiempo para adaptarte y volver a estar en sintonía con tu gente, tomarle el pulso y a aterrizar mentalmente. Es frecuente que al regresar de estancias largas en otra ciudad tengamos la ilusión de que aquello que dejamos era mejor.

A mí también me pasó cuando estudié en Inglaterra. Al principio me sentía muy perdido en un país extranjero pero después de un tiempo todo era genial, ya me había adaptado. Cuando regresé a Barcelona todo me parecía cutre y aburrido. Me di cuenta que lo único que hacía era quejarme y que el problema era yo mismo. Me dije que no podía seguir así e imaginé Barcelona como si fuera un turista, puse la mente en modo descubrir, como cuando nos vamos de viaje. Entonces todo cambió: dejé de comparar ambos países, de quejarme y de juzgar a los demás. Empecé a re-conocer mi ciudad y a mis amigos y desde entonces me siento la mar de a gusto y en paz.

Así que amiga, te diría que miraras a tu alrededor con ojos de aprendiz maravillado. Si cambia tu perspectiva, ¡cambia todo!

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Paula Martínez