Mucho se ha dicho sobre la duración de un duelo. Por ejemplo, que seis meses es lo normal, o un año… pero la verdad, por rara que nos parezca, es que, si estuviésemos muy bien amueblados, podría durar tan solo unos días. En las tribus del Amazonas, así sucede.

En cualquier caso, para superar una pérdida hay que tener la mente bien abierta y darse cuenta de que podemos ser muy felices sin la persona amada. La vida nos ofrece siempre mil oportunidades de hacer cosas valiosas por nosotros y por los demás. Pregúntate: “¿Hay personas que han pasado por el mismo trance y poco después se han recuperado totalmente?”. ¡Por supuesto! Pues tú también puedes.

¿Qué puedo hacer para superar el duelo?

Por otro lado, la persona que se ha ido no querría vernos tristes, sino viviendo la vida a tope. Pues aunque solo sea por su memoria, eso es lo que podemos hacer.

Otra idea que nos va a ayudar es pensar que, dentro de poco, nosotros también estaremos muertos. La vida pasa muy rápido y, en realidad, esa separación será un abrir y cerrar de ojos. Por eso, no hay tiempo que perder: ¡a disfrutar de lo poco que nos queda!

Si hacemos el esfuerzo mental de pensar de esta forma, puede parecer hasta un milagro, pero lo cierto es que nos recuperaremos de golpe. Hace poco una paciente acudía a mi consulta, tras varias sesiones, muy sorprendida porque ya no echaba de menos a su pareja, que la había dejado meses atrás.

Esto es una muestra más de que “no nos afecta lo que nos sucede, sino lo que nos decimos acerca de lo que nos sucede”, el principio fundamental de la terapia cognitiva que yo practico.

Un último consejo: no tengas a la vista fotos ni ropa ni nada de la persona que ya no está. ¡Eso no es normal! Tienes que vivir tu vida nueva, que pronto también acabará. Guarda algunos recuerdos en una caja y, si quieres, sácalos una vez al año. El resto del tiempo es para ti. Recuerda que eso es lo que querría él.

Yo no soy nada partidario de dar psicofármacos para un duelo. Esos medicamentos solo deberían darse a personas que claramente tienen un problema crónico para generar serotonina, el neurotransmisor más importante para el bienestar mental. Los psicofármacos dañan el hígado, tienen un potencial adictivo y no son la solución que nos hace crecer. Así que si tienes problemas para superar el duelo, no lo dudes, ponte en manos de un psicólogo cognitivo, que te hará mucho más fuerte y racional en todas las áreas de tu vida.