Ser feliz

Rafa Santandreu

Ser feliz

Soy psicólogo por la Universidad de Barcelona y me dedico al trabajo con pacientes, a la formación de profesionales de la salud y a la divulgación de la psicología dando conferencias. Soy autor de varios best sellers:“El arte de no amargarse la vida” , "Ser feliz en Alaska" o "Nada es tan terrible". Desde aquí, cada semana responderé a vuestras consultas. ¿Mi objetivo? Que podáis ser felices en cualquier situación, incluso contra viento y marea.Más información sobre mí.

Creo que dependo mucho de mi madre

Toda mi vida va bien en general, pero me he dado cuenta que consulto todo con mi madre, necesito su consejo para hacer cualquier cosa y me gustaría que no fuera así. ¿Cómo lo hago?

dependo demasiado de mi madre
rafael santandreu experto
Rafael Santandreu

Psicólogo y autor del libro "Sin Miedo".

Actualizado a

Tengo 34 años y podría decir que me va todo bien: tengo trabajo, salud y pareja. Pero últimamente mi chico me dice que cuento más con mi madre que con él. No es la primera vez que me lo comentan: es verdad que dependo muchísimo de mi madre, le consulto absolutamente todo y necesito su consejo. Quisiera que no fuera así, ¡es muy intenso! Pero me da miedo... ¿qué puedo hacer?

Un buen inicio es poder reconocer esa dependencia y querer un cambio. Muchas veces nos enganchamos a relaciones dependientes y parece que ya no sepamos ni decidir qué ponernos de ropa hasta que no lo consultamos.

Te diría que empezaras a tomar decisiones sin consultarle. Cuando pienses "¿qué le parecerá a mi madre?" o "¿hago bien?" atrévete a hacer lo que tú sientas. Hagas lo que hagas, estará bien. Estarás construyendo tu criterio propio.

Las primeras veces que lo hagas, puede que sientas un impulso irrefrenable de llamarla y te mientas pensando que es la última vez o que creas que eso que le vas a consultar es realmente importante. En este momento es fundamental que te convenzas de que al decidir tú, mejoras la relación con ella.

Puedes tener una buena relación con tu madre sin ser dependiente.

Cuando aprendes a tomar decisiones, aprendes a tolerar las propias equivocaciones y a tener una mente más flexible, mejor preparada para la vida real y más sana.

Si consultas tanto a otra persona, puedes acabar olvidando tus propias preferencias. Puede que tu madre sea buena consejera, pero no eres tú y tú tienes capacidad para decidir, solo hace falta que te entrenes. Valora si lo que vas a decidir es bueno para ti y si es tan tan importante. Al quitarle fuego al asunto, es mas fácil verlo claro. Nada es tan terrible, ¡amiga!

¿Deseas dejar de recibir las noticias más destacadas de Clara?