Me han cambiado el horario en el trabajo, ahora tendré que hacer jornada partida lo que implicará no poder recoger a mi hijo del cole, ni estar con él hasta la noche. ¡La conciliación parece imposible! Con esta situación se me hace inevitable pedir ayuda a mis suegros. Yo siempre me he apañado bien sola y tener que contar con la ayuda de mis suegros me cuesta mucho porque dependería de ellos. ¡Hasta he pensado en buscar otro trabajo por no pedirles ayuda! ¿Me estoy equivocando?

Puedes buscar otro trabajo, pero creo que el problema seguirá ahí. Está genial que hayas sido muy autónoma y solvente, ¡seguro que tienes buenas habilidades! Aunque esto no significa que tengas que hacerlo siempre todo sola.

Pedir ayuda es señal de inteligencia muchas veces.

Contar con los demás es señal de que somos capaces de valorar la situación, nuestros recursos y tener la suficiente humildad para aceptar que no todo se puede hacer siempre solo. Además, creo que darías un muy buen ejemplo a tu hijo, no hace falta ir de superwoman, lo que es mejor aún es ir de persona que pide ayuda sin sentirse menos. Aprende a facilitarte la vida, ¿por qué no hacerlo?

Creo que te lo planteas como problema cuando en realidad eres afortunada al tener a personas que están dispuestas a ayudaros. Esto no siempre sucede ni todo el mundo lo tiene. Dale la vuelta al asunto.

No pedir ayuda a veces puede ser por orgullo, que no es buen consejero. Aquí tienes una gran oportunidad para aprender a pedir y a recibir ayuda, que será en realidad ayuda para ti y para tu hijo. La figura de los abuelos es importante. Yo de hecho, como ya sabéis, recuerdo con gran cariño y afecto a mi abuelo Rafael, para mi fue alguien insustituible.