El miedo a conducir es uno de los más habituales y más incómodos. A veces hay un accidente que podría explicar este miedo y otras es sólo el temor a no saber conducir bien por falta de práctica. En todos los casos, creo que la clave siempre está en que el miedo a conducir es un reflejo exagerado del miedo a no controlar.
Practica desde el primer momento y no dejes de hacerlo.
Lo que recomiendo siempre es que una vez tengas el carnet, practiques lo máximo posible, para aprender cualquier cosa lo mejor es practicar. Y en el caso del coche, saber circular es la clave.
Hay gente que dice que necesita tener más sensación de control mientras conduce, y creo que esto se confunde con un control suficiente. Me refiero a que no necesitamos el hipercontrol todo para ser un buen conductor, hay personas que quieren controlar tanto todo el tiempo, que no llegan arrancar prácticamente. Sólo necesitamos controlar suficiente, la atención bien dirigida se entrena.
“Me pongo tan nerviosa que no me atrevo”
Conducir con ansiedad tampoco es un problema. Este es un temor estrella, exigirse estar tranquilo. Incluso es menos probable que tengas un accidente si vas con un poco de ansiedad porque estarás más alerta, sin querer, te concentrarás mas, que es el efecto de la ansiedad.
Todos los miedos son irracionales, por eso el miedo a conducir es uno más.
El miedo suele ser a no poder maniobrar rápido, a tener ansiedad mientras conduces, a despistarse, a hacer daño a alguien…¿te suena? todos hemos podido tener algún pensamiento o sensación de este tipo al estar al volante. Eso es normal, aunque te parezca raro, todos hemos pensado alguna vez en qué pasaría si acelerásemos, si no frenásemos o si diésemos algún volantazo. Son la voz de los pensamientos que en psicología llamamos pensamientos intrusivos: ideas sobre qué pasaría si hiciésemos algo inesperado y que no quisiéramos. Nuestra mente es creativa y de vez en cuando le salen cosas así. Son sólo ideas, no alertas.
La mejor forma de tratarlos es dejarlos pasar, no darles tanta importancia.
“¿Y si tengo un accidente?”
Otra idea que es fundamental es la de aceptar el accidente como algo posible pero poco probable , es decir es posible que tengas un accidente (ya sea por tu responsabilidad o por la de otro) pero realmente es poco probable. Y si te pasa, te pasa. Renuncio al control absoluto y acepto que todo puede pasar.
No conducir no reduce el riesgo de accidente, pero sí aumenta tu riesgo de fobia.
Normalmente las personas con miedo a conducir también tiene miedo a viajar, o volar, etc…y suele haber una idea común de que es más seguro no hacerlo, se evita el riesgo. Esto es erróneo. La principal causa de fallecimiento no son los accidentes de tráfico.
La clave para conducir es cambiar el pensamiento sobre conducir y sobre la muerte. Conducir es una acción que facilita la vida, no lo necesitas, pero es cómodo. Y la muerte está ahí siempre, no dejarás de morirte por no coger el coche. Y si así sucede, pues así es. Tiene que pasar.
Lo mismo ocurre con la posibilidad de hacer daño, un amigo me decía, “Rafael, me da más miedo hacer daño a alguien que hacerme daño yo”. Ok, es un pensamiento generoso hacia el otro, pero tampoco lo puedes controlar siempre. Somos humanos, falibles, no será nuestra intención, pero puede pasar.
Abogo por convertirse en un Juan Sin miedo: hay que aprender a pensar para vivir mejor. Un ejercicio que os propongo es visualizar un meteorito cayendo sobre la tierra y acabando y arrasando con todo, todos moriremos, son leyes de la naturaleza. Cómo o cuándo sea no es tan importante, lo importante es la realidad que construimos en nuestro día a día. Mientras estés vivo, vive.
¿Cómo lo hago?
- Asume que los accidentes suceden
- Cambia la idea de super control por la idea de control suficiente
- Practica: conduce y circula
- Póntelo fácil: ve a un sitio que te guste, ponte música…
- Puedes empezar por ir acompañado y luego solo
- Felicítate cada vez que conduzcas
- Coge el coche cada vez que puedas
- Confía en tu capacidad de reacción.