Esta temporada no voy a poder dejar nada a la improvisación. Se acabó el escoger la ropa cinco minutos antes de entrar en el baño porque… ¡hay que conjuntar todo, ropa, maquillaje y uñas! Es trabajo para la noche anterior… Estoy deseando “jugar” a coordinar los nuevos colores de temporada –marrones, verdes y azules tranquilos, mis favoritos, junto con los violetas– en mis looks.
Colores para cambiar de estación
Me encanta la combinación de colores de la paleta Botanic Panic de M·A·C porque son tonos que permiten una transición perfecta del maquillaje de verano al de otoño.
- Sigo optando por destacar los ojos por encima de los labios, así que imprescindibles tanto los lápices para perfilar como los eyeliners para resaltar.
- Y no dejo de usar un labial hidratante con algo de color.
Cambio de rutina
Con la vuelta de vacaciones, llegan cambios en algunos de los productos que uso normalmente. El que (casi) nunca cambia es mi gel suave de ducha (y más ahora, que vuelvo al gym y necesito más mimo para mi piel atópica). El que incorporo desde ya es el aceite de tratamiento para el pelo, porque le da un plus de manejabilidad a mi pelo. Y el capricho que me doy es un exfoliante delicado ¡que huele a cacao!
Mis 3 básicos de otoño
- Más luminosidad. Desde ya voy a incorporar a mi rutina un microexfoliante facial y un sérum de tratamiento con vitamina C para que mi cutis vuelva a verse fresco y jugoso.
- Mimar las manos. Con tanta agua y tanta desinfección, la crema de manos en versión mini es un fijo en mi bolso.
- Mi fragancia. En verano me decanto por los cítricos, pero el otoño me pide una fragancia floral con un toque almizclado.
Directos a la wishlist
Si hay algo que me obsesiona es cuidar mi cuello y escote, porque con mis antecedentes genéticos… Así que una crema específica para esta zona es mi próxima adquisición. Por no hablar de los preciosos colores de esmalte de esta temporada: ¡los necesito todos!
Y me he hecho el firme propósito de ponerme un bálsamo de labios hidratante y protector cada noche después de lavarme los dientes para repararlos en profundidad.
La constancia es la clave de todo
Lo llaman rutinas de belleza precisamente porque hay que hacerlo rutinario para que funcione. Y algo que es tan claro, tengo que repetírmelo un par de veces por semana cuando me asalta la pereza y quiero saltarme alguna parte de mi ritual diurno o nocturno. Sí, es cierto, se pueden simplificar algunos pasos, pero… con los años, cada vez menos porque hay que ir incorporando sérums o exfoliantes o… con más frecuencia. Y sí, a veces me despisto y pierdo mi constancia y… pago el precio. Entonces necesito un “plan rescate” de una semana o diez días y recuperar la rutina. Creedme, en belleza, la rutina es buena.