Si tienes la sensación que los seguros contratados no te sirven de mucho, quizás es porque desconozcas hasta qué punto te cubren. Puede que cuentes con diferentes coberturas de seguros pero no les estás sacando el partido que deberías y, en definitiva, tu aseguradora nunca acaba pagando nada.
Percances más comunes cubiertos por los seguros
Probablemente la razón por la que suele suceder esto es que desconoces de qué tipo de contratiempos te protegen exactamente y hasta qué punto tienes derecho a reclamar. Estos son algunos percances comunes que se suelen cubrir en las pólizas que ya tienes aunque tú no lo sepas:
- Seguro en incidentes deportivos: propios o por daños a terceros si participamos en eventos deportivos como una carrera popular.
- Seguro para accidentes en la calle: por ejemplo, si viajas en transporte público y tienes algún contratiempo puedes reclamárselo.
- Seguro de accidentes en horario de trabajo: tanto si vas o vienes del trabajo la mutua laboral de tu empresa debería hacerse cargo.
- Seguro específico para el móvil: muchas veces los contratamos al comprarlo y ni si quiera lo sabemos (y mucho menos lo que nos cubre).
- Seguro del hogar con cobertura de responsabilidad civil: te salvará si tu hijo daña la propiedad de tu vecino mientras juega ya que la aseguradora se debe hacer cargo de los daños causados a terceros por cualquier miembro de la familia. ¡Incluso por las mascotas!
- Seguros cuando estás de viaje: aunque no hayas contratado uno específico algunos seguros de hogar lo incluyen, lee la letra pequeña.
- Seguro del hogar con garantía de robo: muy práctico si te entran a robar en casa, revisa tu póliza y conoce tu cobertura.
- Seguros de auto: muchos de ellos incluyen un servicio de asistencia jurídica para recurrir multas de tráfico injustas.
Como ves, algunos seguros dan cobertura a muchos incidentes que quizás no te imaginabas. Así que te recomendamos conocer cuáles son las razones por las que tienes derecho a reclamar y comenzar los trámites con tu aseguradora si procede.