Sin filtros

Dark Girl

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Soy una blogger y hater profesional. Desde pequeña me di cuenta de que todas las cosas tienen dos lados, y a mí me gusta el lado más oscuro, ligeramente molesto (y a veces algo ácido) de la vida. Soy esa voz interior que siempre acallas porque tu parte que quiere quedar bien gana. No soy mala, es que nací sin filtros.

Tenemos la solución

Cómo sobrevivir a las cuñadas malvadas en Navidad

Las "cuñadas" también pueden ser amigas, primas, vecinas, compañeras de trabajo, novias de amigos y sí, su objetivo en la vida es intentar dejarte en ridículo. Hazles frente con nuestras respuestas elegantes, que conseguirán que se queden sin palabras.

Cómo sobrevivir a las frases de las cuñadas en Navidad
laura hernandez web clara
Laura Hernandez Tornil

Periodista especializada en belleza y moda

Actualizado a

Cuando hablo de cuñadas no me refiero únicamente a la mujer de tu hermano/a o a la hermana de tu pareja. Una cuñada puede aparecer en forma de prima, amiga, vecina, compañera de trabajo, novia de alguno de tus amigos, LA NOVIA de tu ex... Es ese espécimen que todo lo sabe. Conseguirá que dudes de tu estupendo look, de tu nuevo peinado, de tu dieta, en fin, de todo y todo con un simple comentario “sin maldad”. ¡JA! No te dejes embaucar por sus ojitos de cordero degollado ni por su voz suave y melosa, las cuñadas son malas y punto. Se las ve venir a lo lejos. A su lado, Maléfica sería algo parecido a Peppa Pig.

Ella lo ha probado todo, ha estado en todos lados, ha practicado todos los deportes, habla todos los idiomas (sí, esperanto incluido), se lleva bien con todo el mundo y, obviamente, está así de delgada gracias a su “metabolismo". No te dejes engañar.

Si por desgracia tienes uno de estos ejemplares cerca, he seleccionado las típicas frases que tu cuñada SEGURO que te soltará esta Navidad (o a lo largo del año) para que puedas tener la respuesta preparada. Respuestas en modo ZASCA pero con elegancia para que puedas dejar a la malvada cuñada sin palabras. Además, para que no te atrape con sus buenos modales y aura de virgencita, te traduzco también lo que realmente significa cada comentario. ¡Declaro la guerra a las cuñadas malévolas!

¡Anda, te has hecho mechas!… Uuuuy, no, que son canas

  • Traducción. "Llevo 15 años tiñéndome, tengo el pelo achicharrado pero hago como si este caoba radiante con reflejos de sol fuera natural. Tu pelo me da envidia y no lo escondo".
  • Qué contestar. "Ya ves, ¡cada vez nos vamos pareciendo más!".

Uy, estás más hermosa, ¿no? ¿Has cogido algún kilito, verdad?

  • Traducción. "Yo sí que he cogido algún kilo… Llevo todo el día metiendo barriga y creo que de un momento a otro te sacaré un ojo sin querer porque petará el botón del pantalón. Oh… qué buena pinta tiene ese canapé…".
  • Qué contestar. "¡Gracias! Eres tú, que me miras con buenos ojos". También serviría un "¡Gracias! ¿Se me nota? No veas lo que me ha costado engordar. Tengo un metabolismo tan rápido".

No puede ser que tengas la piel así de bien, seguro que te has hecho algún retoque

  • Traducción. "Me echo 326 cremas al día y no tengo la misma piel que tú. Debes estar más operada que la Kardashian, porque si no, dejo de tener fe en la cosmética".
  • Qué contestar. "Qué va, mujer, ya me gustaría. Lo mío es genética, igual que tu metabolismo. ¿Quieres otro canapé?".

Tienes cara de cansada y más arruguitas, ¿duermes bien?

  • Traducción. "Me llena de orgullo y satisfacción dejarte en ridículo delante de todo el mundo. A ver cómo sales de esta, bonita".
  • Qué contestar. "Chica, sí, ya sabes, he perdido algo de peso. Me gustaría estar tan redondita como tú para tener menos arrugas, pero bueno... ¿Quieres otro canapé?". (Sí, a las cuñadas hay que cerrarles la boca atiborrándolas. Sus tres kilos de más serán tu mejor venganza).

Cada vez que te veo tienes los muslos más gordos

  • Traducción. "Siempre te he tenido envidia y ahora que has engordado un poquito no voy a desperdiciar la oportunidad de machacarte".
  • Qué contestar. "¡Sí y mi pareja está encantada! Últimamente me acosa hasta en el pasillo de casa".

Las gambas te han quedado un poco secas

  • Traducción. "¡Menuda delicia! No entiendo por qué a mí siempre me quedan secas… Y encima son grandes, le habrán costado un pastón".
  • Qué contestar. "Ay, lo siento. Debes de estar acostumbrada a las congeladas, que sueltan más agua. Estas son frescas. ¿Quieres otro canapé?". (Si a estas alturas ya quieres matarla, recuerda atiborrarla con canapés, pero de foie, nada de salmón ¡que encima es sano!).

Si añades eneldo al pollo estará más sabroso

  • Traducción. "Soy la versión femenina de Arguiñano y lo que digo yo va a misa. Me da igual si te has tirado 3 horas en la cocina preparando este plato, nunca serás mejor que yo. Y mi objetivo en la vida es dejar claro que aquí la que domina los fogones soy yo".
  • Qué contestar. "Vaya, pues he sacado la receta del libro de Ferran Adrià, tendrás que hablarlo con él, ja, ja, ja".

¿Y cuánto dices que te ha costado? Lo barato siempre sale caro…

  • Traducción. "Es justo lo que quería comprar yo y te me has adelantado. Y encima has encontrado un ofertón, maldita… Voy a criticarte porque sí".
  • Qué contestar. "¡Uff! Ya ni me acuerdo, pero muy poco. Lástima que no comprase dos, para regalarte uno, porque es ideal".

Si tú estás cansada, yo lo estoy aún más

  • Traducción. "He estado 3 horas y media para hacerme la manicura mientras tú ibas a trabajar, a buscar a los niños al cole, al súper, al taller y a pilates".
  • Qué contestar. "Ay, pobre. SE TE NOTA".

¿Te has visto metida alguna vez en el fuego cruzado de una cuñada? ¡Cuéntanos tu anécdota!