Los mejores lugares de España para ir de tapas (parte 2)

Tal y como os prometí, continúo desvelando algunas de mis tapas favoritas alrededor de la geografía española. Lugares a los que no puedes faltar cuando visitas las ciudades donde se ubican y de los que siempre sales con una sonrisa en la boca. ¿Preparada para apuntarlos (y disfrutarlos) todos? ¡Comenzamos!

Artículo relacionado

ruta gastronómica

Los mejores lugares de España para ir de tapas (parte 1)

Mucho más que pescaíto frito

Adoro Marbella y estoy deseando volver a perderme por su casco histórico y caminar por el interminable paseo marítimo. Además, en los últimos años se está posicionando como una de las capitales gastronómicas de España y ofrece unos restaurantes magníficos de cocina nacional e internacional. Pero como hoy estamos de tapas, hay que memorizar estas direcciones:

• Back Tapas. Buen producto, ingenio, combinaciones de ingredientes muy originales y presentaciones sorprendentes son sus señas de identidad. El cruasán de centolla es un clásico, pero no os perdáis el carabinero con su croqueta, el tartar de quisquillas de Motril, el gazpacho verde, los buñuelos de queso Payoyo, el gazpachuelo de camarones o cualquiera de sus recomendaciones diarias.
• Taberna CasaBlanca. Está ubicada es una de las calles más céntricas y comerciales. Su extensa carta de tapeo ofrece muy buena relación calidad-precio: langostinos, mini hamburguesita de presa, boquerones, gambas, croquetas… A última hora de la tarde es muy frecuentada por los locales.

Una lonja animadísima

En Palma de Mallorca me encanta picotear y tomar el aperitivo en la zona histórica de La Lonja. Al mediodía hay ambientazo. Alrededor de la plaza que preside el emblemático edificio que le da nombre, vas a encontrar varias callejuelas llenas de terrazas y restaurantes para degustar tapas locales o comer de manera más informal. Para mí la parada imprescindible es la calle Apuntadores con sus casonas tradicionales y sus suelos empedrados.

• El aperitivo. No lo dudes, en La Rosa (vermutería & colmado). Es un establecimiento a la antigua usanza con barra de mármol, excelente jamón al corte y vermut de grifo. Visitado tanto por mallorquines como por foráneos, también ofrece ricas tortillas, conservas top, encurtidos, salazones… Es famoso por su selección de vermuts que sirven acompañados de unas deliciosas patatas caseras con salsa. Incluso producen su propio vermut, 5 Pétalos.

Azahar y primavera

Sevilla merece un reportaje propio que compartiré con vosotras más adelante. Pero hoy nos vamos de tabernas; hay cientos y la mayoría son muy apetecibles y ofrecen una cocina respetable. ¿Mi consejo? Dejarse llevar e ir probando. Pero por destacar algunas, aquí van las que más frecuento.

• La barra de Cañabota. Para mí el local que mejor refleja productazo, gastronomía premium e innovación. El restaurante de igual nombre (al lado) sirve un pescado exquisito porque compran lo mejor de cada lonja andaluza. Pero en su barra, un local informal e independiente, no os perdáis sus croquetas, el calamar relleno, las sardinas marinadas, las ortiguillas aderezadas… Todo es sobresaliente y os recomiendo dejaros aconsejar por las especialidades del día. Pero, ojo, en Cañabota hay que reservar con tiempo.
• Bodeguita Reyes Antonio Romero. Su montadito Piripi que combina beicon, lomo, queso, tomate, mayonesa y un ingrediente secreto, es toda una institución en la ciudad.
• El adobo de Blanco Cerrillo. Esta bodega casi centenaria de la calle José Velilla es conocida como el bar del adobo y su aroma inunda el centro de la ciudad. Aquí se viene a comer boquerones, cazón y pavías. Freiduría Puerta de la Carne es otro de los imprescindibles para probar buen pescaíto frito.
• Mi consejo: las mejores puntillitas de solomillo en Las Golondrinas en pleno barrio de Triana. Los champis y los chipirones también están buenísimos.

Un campeón de los premios

PerretxiCo (con sede en Vitoria y tres establecimientos en Madrid) es una de las tabernas más premiadas de nuestro país. Recetario tradicional vasco, buen producto, originalidad en las elaboraciones y precios moderados son el secreto de su éxito. El donut de cocido con sus sacramentos en dos vuelcos se ha convertido en un pincho mítico, así como el turrón de foie (me encanta), los huevos asados a baja temperatura con chistorra y crema de patata, la ensalada de pimientos asados en casa con bonito, el abanico de presa o sus ricas gildas. Además, tiene un delivery en el que una gran variedad de sus pinchos y otros platos de la carta llegan a casa perfecto.

• ¿El último pincho imprescindible y premiado hace pocas semanas? La Vacuna del Moderno, concebido para ser degustado en dos bocados. Es un buñuelo de chuleta de vaca con el toque ahumado que le aporta la anguila, coronado con patatas pochadas encima del buñuelo y al que se le inyecta jugo para que se deshaga en la boca. Irresistible, ¿verdad?

Oda al almuerzo mediterráneo

En Valencia y provincia os voy a recomendar que cambiéis el típico tapeo por el almuerzo, una costumbre local que consiste en tomar a media mañana un bocadillo recién hecho que acompañan con aceitunas, frutos secos, café o cerveza bien fresquita. ¡Y están todos tan buenos que resulta complicado elegir! Tortilla de patata, morcilla, beicon, pepito de ternera, lomo, pimientos fritos, sepia, longaniza, anchoas, calamares, boquerones en salazón...

• ¿Un establecimiento popular para estos menesteres? Casa Mundo. No te marches sin probar su bocadillo de pisto con pepito.

Pinchos castellanos contundentes

Cuando se visita Burgos hay que hacer una parada en El Morito. Suele estar siempre lleno, es el local más famoso de la ciudad para tapear. ¿Lo mejor? Sus precios baratos, las tapas populares y las raciones abundantes. De ambiente rústico y desenfadado, además de la deliciosa morcilla burgalesa, hay que probar los calamares de la tierra (son aros de cebolla), los pepitos, las patatas bravas y los revueltos.

• Las tostas destacan entre todos sus ricos pinchos. A mí me encanta la de huevos fritos, morcilla, pimientos, patatas fritas y salsa picante.

Con vistas a la muralla

Ávila me parece un destino ideal para escaparse un fin de semana. Su gastronomía tradicional ofrece platos deliciosos como los judiones del Barco, el chuletón, la sopa de ajo o las patatas revolconas. Para tapear, Alavirulé es uno de los más frecuentados por su céntrica ubicación. Está situado en la animada calle de San Segundo y ofrece pinchos sencillos como tostas, huevos, minihamburguesas… También están muy animados El rincón del jabugo y El buen yantar, famoso por sus croquetas.

• Los amantes del buen vino tienen que visitar La Bodeguita para elegir entre sus más de mil referencias mientras lo maridan con un aperitivo.
• Para disfrutar del aperitivo o una copa al atardecer con buenas vistas y al aire libre, hay que dejarse caer por Los Patios de la Catedral y el jardín con vistas a la muralla del palacio de Sofraga.

Un clásico castizo

En la capital, la tortilla española de La Ardosa (que también te puedes llevar a casa) es casi tan famosa como el mismísimo cocido madrileño. Esta taberna lleva más de un siglo y medio ofreciendo tapas con el mejor ambiente en pleno centro. Los antiguos toneles ahora hacen la función de mesas. Muy buenos los buñuelos de bacalao, el bonito en escabeche casero, las croquetas, las rabas, las fabes con calamares… También hay que probar sus conservas de calidad y los canapés.

• Además de la aclamada tortilla, el vermut y el salmorejo de la casa son otras dos de sus especialidades imperdibles.
• En cualquier caso, prometo desvelaros próximamente una buena ruta de tapeo por Madrid.