Conil, la escapada que nos merecemos

No es ningún secreto que las playas de Cádiz son de las mejores de España: infinitas, rodeadas de naturaleza, de arena fina y aguas cristinas. Entre ellas, hoy nos vamos a detener en las de Conil: una preciosa localidad que no es solo arena blanca, olas y sol. También nos ofrece un casco histórico repleto de encanto y una oferta gastronómica de altura.

¿Dónde dormimos?

Comenzamos por elegir alojamiento, uno de los aspectos que más cuesta decidir cuando estamos planificando un viaje. Acabo de descubrir Barceló Conil Playa, un solo para adultos recomendado que te va a encandilar por varios motivos: su ubicación, en la misma orilla del Atlántico y con unas vistas extraordinarias; su posicionamiento sostenible y arquitectura escalonada que se integra a la perfección en el paisaje; y un entorno cuidado al detalle que transmite paz en cuanto lo pisas. Mención especial para todo su equipo que te hacen sentir como en casa. Su oferta gastronómica es más que notable, además de variada, por lo que no necesitas salir del hotel si prefieres jornadas de desconexión plena: imperdible sus cenas en el restaurante Atunante, centradas en el magnífico atún de almadraba de la zona. Los que buscan cuidarse en cada momento, estarán encantados con los desayunos de los Vital Corner de las chicas de Futurlife: han diseñado un recetario para que los amantes de lo sano disfruten de sus famosas recetas Futur. Cuenta con varias piscinas con vistas al Atlántico, lo que permite que puedas nadar sin compañía si así lo deseas. Y su programa Premium (por solo 25 euros más al día) te permite disfrutar de su piscina infinity, de desayunos de categoría en un espacio exclusivo y otro tipo de ventajas y amenities en la habitación. Atención a su terraza B-Heaven (abierta para todos) porque es uno de los mejores rooftop de la zona y te regala unas puestas de sol de escándalo regadas con buena mixología y música en directo; o si prefieres algo más sofisticado puedes probar su nueva experiencia gastronómica que marida ostras cultivadas en las aguas que bañan el golfo de Cádiz con coctelería de autor.

Paradas típicas

El centro histórico de Conil es la recreación del típico pueblo andaluz de edificaciones blancas, fachadas con balconadas adornadas con flores de colores, casonas señoriales, calles empedradas, tiendas de artesanía y multitud de rincones con encanto, como sus plazas, ideales para tomar una cerveza o un café en sus terrazas. Lo puedes visitar en una mañana o en una tarde porque es pequeño, pero precioso: lo mejor es caminar sin rumbo fijo, perderse entre sus callejuelas e ir fotografiando lo que te plazca, como la Torre de Guzmán el edificio más emblemático que formaba parte del castillo y de las antiguas murallas. O saborear un helado en alguna de sus múltiples heladerías. Una parada en el puerto para contemplar a los marineros faenando, es obligatoria.

Las playas

¡Hay más de catorce kilómetros, así que tienes donde elegir! La Fontanilla es la que pilla más a mano desde cualquier parte y puedes ir caminando. A continuación se sitúa una franja denominada El Roqueo, muy tranquila aunque rocosa. Los Bateles es una playa urbana, animada, rodeada de chiringuitos y delimitada por la desembocadura del río Salado y por el Mirador Playa de Conil. Si vas buscando parajes vírgenes Castilnovo es tu sitio porque se trata, además, de un paraje protegido en el que no se puede edificar. Es frecuentado por nudistas. ¿Buscas calas? Piérdete en la Dehesa de Roche y elige la cala que más te guste para pasar un día de sal y sol inolvidable; si la prefieres con chiringuito tienes que acudir a cala Aceite. Un secreto: incluso en plena temporada alta las playas de Conil no están masificadas.

Oferta gastro

La costa gaditana no solamente es atún rojo, aunque resulta obvio que estando allí hay que probarlo en cualquiera de sus modalidades: al horno, encebollado, frito, en tartar, en tataki… Te damos algunas pistas para disfrutar de la buena cocina gaditana. Comenzamos por Venta Melchor, un mítico de la zona frecuentado (y recomendado) por los locales; no te pierdas sus jornadas de cuchareo gaditano. Casa del Conde de Cinco Torres es un edificio antiguo que mantiene gran parte de su fachada original elaborada en piedra ostionera. El Mirlo, es ideal para picar su atún encebollado, boquerones en vinagre o papas aliñás. Los Hermanos para disfrutar la mojama o las tortillitas de camarones. Fugilla es el típico chiringuito donde pedir los pescados del día recién sacados del mar. El Escondite de Conil, que ha estrenado local recientemente, conserva su buena mano con los bocados típicos, así como los ahumados y salazones. El Tergal, frente del puerto, es uno de los más tradicionales, perfecto para tapear; cuenta con una atracción adicional, las anclas que se usan durante la almadraba y descansan aquí el resto del año. Para cenar con vistas al Atlántico y degustar ricos platos marineros, El Mirador del Roqueo es una buena opción. Y si quieres probar más de veinticinco opciones de arroces de categoría, Arrozante es tu sitio; un agradable espacio culinario mirando al mar situado en el complejo del Barceló Conil Playa; está abierto al público y se ha consolidado como uno de los restaurantes más demandados de la zona. Cuenta con el asesoramiento de dos expertos y premiados paelleros: Carlos Otaola y Jose Luis Chaparro, y entre sus especialidades no faltan la auténtica paella valenciana; la del senyoret; arroces caldosos o melosos como el de bogavante, o las fideuás. No os perdáis su arroz con alcachofas, langostinos y carabineros.

¿Excursiones cercanas?

Conil es un buen punto de partida para conocer los alrededores, tanto otros pueblos costeros como los pueblos blancos de la sierra de Cádiz. Os recomendamos Vejer, un bonito pueblo blanco encaramado a una colina. A sus pies, la playa de El Palmar, un enclave perfecto para pasar un día entre olas, surferos, chiringuitos, bares y muy buen ambiente. Barbate y su ruta del atún (El Campero es una parada obligada, el decano de los restaurantes de atún rojo), así como Caños de Meca, son otros lugares míticos del litoral; o el Parque Natural de la Breña y las Marismas del Barbate, un espacio protegido, ideal para los que van buscando pura naturaleza. También merece la pena acercarse hasta Zahara de los Atunes. Y un poco más lejos se encuentra Tarifa, uno de los puntos costeros con más encanto de España.