No solo es tristeza

Cómo saber si tienes tienes depresión: síntomas que no te esperas

Pensamos en la tristeza y la ansiedad como síntomas para identificar la depresión, pero hay otros igual de importantes que tal vez nunca relacionarías con ella. Descúbrelos.

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Nacho Benavides

Periodista especializado en cocina, hogar y decoración.

Actualizado a

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en España 2.408.700 personas sufrieron depresión en 2015, lo que representa el 5,2% de la población. Pero si el dato es en sí mismo alarmante, más lo es saber que estas son solo las que están diagnosticadas y que la cifra real podría ser mucho mayor, porque hay muchos casos que no se diagnostican y que, por lo tanto, no reciben tratamiento.

Qué es la depresión

La depresión es un trastorno en tu estado de ánimo, una alteración que te produce un decaimiento tanto psicológico como, también, físico. Todas sentimos, en algún momento u otro, sentimientos de melancolía o tristeza. Pero la mayoría de veces son pasajeros y se superan en poco tiempo sin necesidad de ayuda. Pero cuando hablamos de depresión esto no pasa y los sentimientos toman el control. Te impiden vivir con normalidad.

Todo se ve afectado. La depresión tiene síntomas psicológicos pero también aparecen alteraciones somáticas que afectan a tu físico. Y, aunque nadie se salva, existen el doble de casos entre mujeres que entre hombres. En cifras totales recogidas en 2015 por la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi 2 millones y medio de personas sufrieron depresión en España, el 5’2% de la población. Sin contar las que no fueron diagnosticadas. Para que la depresión no te pille (a ti o a tu entorno) por sorpresa, te contamos formas de detectarla y sus posibles causas. Toma nota.

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Mamen Lorenzo

Síntomas de la depresión

  • Estás más susceptible. Si cuando te preguntan cómo estás te dan ganas de contestar: “Pues mira que tú”, sospecha que algo no va bien en tu estado de ánimo. Un síntoma de depresión es tomarse las cosas mal con frecuencia, ver segundas intenciones en lo que te dicen, en definitiva, estar más susceptible de lo habitual en tú.
  • Cometer más equivocaciones. La depresión hace que tu mente deje de funcionar normalmente. Te sientes más confusa, más cansada, te cuesta focalizar y… esto te lleva a cometer más errores. El problema es que te culpabilizas por ello y esto alimenta más pensamientos negativos, como no ser útil, no valer para nada, etc., que pueden agravar la situación.
  • Un brote de dermatitis atópica. Si te salen eccemas y te pica la piel puede que tu cuerpo te esté diciendo que te acecha la depresión. Hay una estrecha relación entre dermatitis atópica y depresión. Un estudio de la Universidad de Wisconsin (EE. UU.) comprobó que los adolescentes con dermatitis sufrían más de depresión que el resto.
  • Dormir mal. Según el Instituto del Sueño, el 80% de los pacientes con depresión se queja de insomnio por no poder conciliar el sueño o no poder mantenerlo después de pocas horas en la cama. Solo en algunos casos se quejan de dormir demasiado. Pero, en cualquier caso, está claro que la depresión nos lleva a dormir mal y a estar más cansadas durante el día.
  • Mucha tele. Si el tiempo que pasas delante de la tele o de la tablet ha aumentado significativamente, también podría esconder una depresión. Es una manera de aislarte de lo que tienes a tu alrededor, de evadirte y encerrarte en ti misma.
  • Sentir un enorme cansancio. La depresión te deja sin energía y todo cuesta un esfuerzo enorme. Sentirte mal por dentro hace que cualquier acto, incluso el más trivial, sea muy dificil. A la vez, intentar enmascarar tus sentimientos aumenta este cansancio vital que, a la vez, puede ser también físico, porque afecta a la calidad del sueño, la alimentación…
  • "No puedo ir a cenar". ¿Cancelas una cita en el último momento? ¿Cambias una y otra vez la fecha para quedar con una amiga? ¿No encuentras un día para salir con unos amigos? Analiza si esta falta de tiempo no será realmente falta de ganas y esconde algo más que cansancio… Necesitas una dosis de vitamina S.
  • Moverse despacio. Este es otro de esos síntomas que pueden sorprenderte, pero la depresión puede afectar a la psicomotricidad y hacer que la persona afectada se mueva más despacio, como a cámara lenta.
  • "¿De qué se ríen estos?". Si te molesta ver que la gente se ría, esté de buen humor y tiendes a evitar a la gente que está alegre y se lo pasa bien, seguramente este rechazo esconda una depresión.
  • Dolores y molestias. No sabes cómo ponerte, te duele el cuerpo y no aguantas en una misma posición mucho rato… Este es un síntoma difícil de relacionar rápidamente con la depresión, porque las malas posturas o la vida excesivamente sedentaria pueden provocarlo, pero… si no le encuentras una causa, chequea cómo está tu ánimo.
  • Dolor de cabeza. Diversos estudios relacionan el dolor de cabeza con la depresión y son dos enfermedades que se alimentan una a la otra, porque el dolor de cabeza provoca angustia, pero la angustia también provoca dolor de cabeza. Tenga el origen que tenga, si tienes jaquecas con frecuencia, no dejes de consultar con el médico.
  • Tristeza. El síntoma de depresión más característico. Aunque todas podemos estar tristes en situaciones duras o si hemos sufrido una pérdida importante, la tristeza de la depresión es mucho más intensa. Es mayor y persistente. No puedes pensar en nada que no sea el foco de tu tristeza.
  • Pensamientos negativos. La tristeza se va a traducir en una mayor negatividad. Aparecen también sentimientos de culpabilidad. Sobre analizas el pasado y te culpas de la mala situación que vives. Sientes que has decepcionado a tu entorno y llegas a creer que todo iría mejor si desaparecieras.
  • Abandono personal. No tienes fuerzas ni ganas de arreglarte. No hablamos solo de maquillarte o ponerte un tacón. Has abandonado, incluso, tu aseo personal.
  • No disfrutas de nada. Ese disco que siempre te animaba o las clases de cerámica que iniciaste con tanta ilusión. Notas que te cuesta horrores llegar a disfrutar de las cosas, situaciones o personas que te producían gusto y placer antes.
  • Dispersión mental. Si sientes que te cuesta pensar con claridad, seguramente es debido a que la depresión puede comportar una menor actividad cerebral al haber un descenso de la serotonina, la "hormona de la felicidad", y un incremento del cortisol, la del estrés. Esto puede alterar la concentración, la memoria, la atención…
  • Ansiedad por comer. Es muy habitual buscar "refugio" en la comida cuando nos sentimos mal, tristes… Y lo que solemos desear es comer alimentos dulces y grasos, por lo que además de comer mal y picotear más debido a la ansiedad que sentimos, podemos acabar cogiendo peso. Esto, a su vez, nos hace sentir mal con nosotras mismas, culpables por no poder controlarnos al comer y "alimenta" de nuevo pensamientos negativos.
  • O pérdida del apetito. Otro aspecto relacionado con la comida es, precisamente, el contrario. Pierdes casi completamente el apetito. Tus personas cercanas ven una drástica pérdida de peso.
  • Sin ganas de sexo. La depresión suele comportar problemas de autoestima y esto afecta a nuestra libido, por lo que si llevas un periodo sin ganas de sexo, plantéate si hay algo más detrás y no solo cansancio o problemas de tiempo.
  • Mala digestión. La digestión es un proceso muy complejo porque tanto el estómago como los intestinos son órganos muy recubiertos de nervios y, por lo tanto, muy sujetos a tus estados de ánimo. Por lo tanto, la depresión puede traducirse en problemas digestivos, lo mismo que el estrés.

Causas de la depresión

No existe una causa única de la depresión. Tal y como nos cuenta el doctor Antonio Cano Vindel, Presidente de la Sociedad Española para el estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) y catedrático de psicología de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), para hablar de las posibles causas de la depresión nos tenemos que fijar en una serie de factores de riesgo. En la combinación de estos distintos factores (genéticos, bioquímicos y psicológicos) podemos encontrar las causas de la depresión.

  • Género. La depresión es dos veces más frecuente en mujeres que en hombres. Aunque la tendencia general lo achaca a diferencias genéticas y hormonales, el doctor Cano Vindel apunta también al estrés mayor que sufre la mujer al asumir “más roles sociales que requieren más atención, suponen más estrés y ansiedad”. La edad también es un factor influyente. Hay más depresiones entre los 35 y los 45 años.
  • Embarazo. Junto al posparto son etapas vitales de la mujer con un mayor riesgo de aparición de depresión. El cuerpo cambia, las hormonas se alteran y aparecen nuevas obligaciones (muy serias).
  • Genética. Puedes padecer depresión sin tener parientes con esta enfermedad pero la presencia de antecedentes de depresión en la familia aumenta la probabilidad. Un estudio del UCL Institute of Education del Reino Unido publicado en The Lancet Psychiatry concluye que los antecedentes psicológicos de padre y madre son un factor de riesgo para poder llegar a tener (o no) depresión.
  • Grandes cambios. Golpes fuertes como la pérdida de un ser querido y el duelo que provoca aumentan el riesgo de padecer depresión. También un divorcio, un despido o, incluso, una jubilación o irse a vivir a un nuevo país. Los factores externos, la vida, puede empujarte a la depresión.
  • La hormona de la felicidad. La serotonina siempre va unida a la depresión. Cuando la depresión aparece por factores externos, los niveles de la hormona bajan. En otros casos son precisamente los bajos niveles de serotonina los que provocan la depresión.
  • Otras enfermedades. También es un factor de riesgo para el estado de ánimo convivir con una enfermedad grave como cáncer, Alzheimer o Parkinson, sufrir un accidente cerebrovascular o vivir con dolor crónico.
  • Alcohol y drogas. Abusar de estas sustancias aumenta el riesgo pero, también en muchos casos, se crea adicción a ellas como consecuencia de una depresión no diagnosticada.

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