Libérate de una vez por todas

¿Los gases te molestan? ¡Tenemos la solución!

Tenemos las mejores soluciones para acabar por fin con los gases después de las comidas y durante la digestión. ¡Toma nota!

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Carme del Vado

Redactora Jefe de CLARA.

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Deja de sentirte como un globo

En la galería hemos seleccionado los mejores trucos y soluciones para acabar con los gases. Puede que solo tengas que hacer pequeños cambios en tu alimentación, en tu rutina a la hora de comer o bien abandonar algunos hábitos. ¡Sigue leyendo!

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¿Eres adicta a la pasta?

Si sueles comer mucha pasta, arroz, patatas o pan, puede que tengas problemas de gases debido a un exceso de almidón. Este tarda más en ser digerido y puede provocar una mayor fermentación. Modera la cantidad de hidratos que tomas al día y opta siempre por la versión integral.

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Haz una cena ligera

A última hora del día el metabolismo se ralentiza, por lo que cenar mucho y tarde aumenta los gases. Lo ideal es hacer una cena temprana y ligera, con alimentos cocidos mejor que crudos, y con un yogur o un kéfir sin azúcar de postre o fruta cocida. Y recuerda, una cena ligera NO es sinónimo de no cenar.

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Y evita alimentos "problemáticos"

Modera el consumo de ciertos alimentos como col, coliflor, legumbres… que al degradarse en el colon producen una dosis notable de aire. Además, analiza qué comidas te provocan gases para reducir su consumo.

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Opta por bebidas sin gas

Y también sin azúcar. Si tu bebida ya tiene gas, es normal que tú sufras del mismo problema porque se acumula en tu estómago. Y si la bebida tiene mucho azúcar y/o la combinas con alcohol no te sorprendas si los meteorismos empeoran.

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Combina bien los alimentos

Toma los alimentos grasos con alcachofa, cuya cianina ayuda a la digestión. Por lo mismo, toma piña o papaya de postre. Si comes legumbres, toma un yogur o kéfir. Y si comes lechuga, acompáñala de germinados, zanahoria…

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Mastica y calla

La buena digestión empieza en la boca, por lo que es importante ensalivar y triturar bien los alimentos. Si al hablar coges aire o masticas poco, mejor que dejes la conversación para la sobremesa o vayas haciendo pausas entre bocados para charlar.

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Ni caliente ni frío

Lo ideal es que tus comidas y bebidas estén tibias, porque las temperaturas extremas irritan la mucosa digestiva. Deja enfriar un poco la sopa o las infusiones antes de tomarlas, y saca fruta, yogures y bebidas de la nevera media hora antes.

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No eches la siesta

O al menos no inmediatamente después de comer, porque estar tumbada favorece el paso de gases del estómago al intestino. Lo ideal es que tras la comida te mantengas activa. Si puedes, sal a dar un pequeño paseo y haz la siesta media hora después.

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Infusiones efectivas

Acaba tus comidas con una infusión de semillas de hinojo, anís verde y estrellado. O de alcachofa y cardo mariano. También es efectiva la de raíz de jengibre, que asimismo ayuda añadido al sofrito con otras plantas digestivas como el orégano.

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Cómo respiras es la clave

El estómago trabaja mejor si le llega más oxígeno. Además, hacer unas cuantas respiraciones puede calmarte antes de comer. Haz varias inspiraciones profundas, tomando aire hasta hinchar el estómago y soltándolo lentamente, hasta vaciar los pulmones completamente.

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¡No te ciñas el cinturón!

Ni dejes que la cinturilla del pantalón o las medias te aprieten. Si se clava en la cintura entorpece el trabajo del estómago y los movimientos intestinales, provocando que la digestión sea más lenta y retrasando el vaciado intestinal.

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Siéntate a la mesa

Si te sientas a la mesa, comerás más despacio y tranquila que si lo haces de pie. Además, ¿sabes que las emociones influyen en la digestión? Si estás nerviosa o estresada, podrías tener molestias después de comer.

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Mejor sola que...

...¡acompañada de personas nerviosas y que comen rápido! Si ellas comen a la velocidad del rayo, tú harás lo mismo. Así que rodéate de un ambiente lo más tranquilo posible.

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Toma agua al levantarte

Toma un par de vasos de agua tibia cuando te levantes y sigue bebiendo de 8 a 10 vasos al día: evita los meteorismos. La correcta hidratación del organismo ayuda a combatir el estreñimiento, y esto influye en que tengas menos hinchazón.

En la galería hemos seleccionado los mejores trucos y soluciones para acabar con los gases. Puede que solo tengas que hacer pequeños cambios en tu alimentación, en tu rutina a la hora de comer o bien abandonar algunos hábitos. ¡Sigue leyendo!

Échale un vistazo a tu alimentación

¿Tomas mucha pasta?

Si sueles comer mucha pasta, arroz, patatas o pan, puede que tengas problemas de gases debido a un exceso de almidón. Este tarda más en ser digerido y puede provocar una mayor fermentación. Modera la cantidad de hidratos que tomas al día y opta siempre por la versión integral.

Cuidado con la cena

A última hora del día el metabolismo se ralentiza, por lo que cenar mucho y tarde aumenta los gases. Lo ideal es hacer una cena temprana y ligera, con alimentos cocidos mejor que crudos y con un yogur o un kéfir sin azúcar de postre o fruta cocida.

Evita los alimentos y bebidas problemáticos

Modera el consumo de ciertos alimentos como col, coliflor, legumbres… que al degradarse en el colon producen una dosis notable de aire. Además, analiza qué comidas te provocan gases para reducir su consumo. Y evita las bebidas con gas y azúcar. Si tu bebida ya tiene gas, es normal que tú sufras del mismo problema porque se acumula en tu estómago. Y si la bebida tiene mucho azúcar y/o la combinas con alcohol, no te sorprendas si los meteorismos empeoran.

La importancia de combinar bien los alimentos

Toma los alimentos grasos con alcachofa, cuya cianina ayuda a la digestión. Por lo mismo, toma piña o papaya de postre. Si comes legumbres, toma un yogur o kéfir. Y si comes lechuga, acompáñala de germinados, zanahoria…

Ni caliente ni frío

Lo ideal es que tus comidas y bebidas estén tibias, porque las temperaturas extremas irritan la mucosa digestiva. Deja enfriar un poco la sopa o las infusiones antes de tomarlas, y saca fruta, yogures y bebidas de la nevera media hora antes.

Tómate una infusión

Acaba tus comidas con una infusión de semillas de hinojo, anís verde y estrellado. O de alcachofa y cardo mariano. También es efectiva la de raíz de jengibre, que asimismo ayuda añadido al sofrito con otras plantas digestivas como el orégano.

Analiza tus rutinas a la hora de comer

La buena digestión empieza en la boca, por lo que es importante ensalivar y triturar bien los alimentos. Si al hablar coges aire o masticas poco, mejor que dejes la conversación para la sobremesa o vayas haciendo pausas entre bocados para charlar.

Siéntate a la mesa

Si te sientas a la mesa, comerás más despacio y tranquila que si lo haces de pie. Además, ¿sabes que las emociones influyen en la digestión? Si estás nerviosa o estresada, podrías tener molestias después de comer. Asimismo, evita rodearte de personas que coman muy rápido porque acabarás haciendo lo mismo.

No te eches la siesta...

O al menos no inmediatamente después de comer, porque estar tumbada favorece el paso de gases del estómago al intestino. Lo ideal es que tras la comida te mantengas activa. Si puedes, sal a dar un pequeño paseo y haz la siesta media hora después.

Y también tu día a día

Toma agua al levantarte

Toma un par de vasos de agua tibia cuando te levantes y sigue bebiendo de 8 a 10 vasos al día: evita los meteorismos. La correcta hidratación del organismo ayuda a combatir el estreñimiento, y esto influye en que tengas menos hinchazón.

¿Cómo respiras?

El estómago trabaja mejor si le llega más oxígeno. Además, hacer unas cuantas respiraciones puede calmarte antes de comer. Haz varias inspiraciones profundas, tomando aire hasta hinchar el estómago y soltándolo lentamente, hasta vaciar los pulmones completamente.

La ropa, mejor holgada

No te ciñas el cinturón ni dejes que la cinturilla del pantalón o las medias te aprieten. Si se clava en la cintura entorpece el trabajo del estómago y los movimientos intestinales, provocando que la digestión sea más lenta y retrasando el vaciado intestinal.