Las semillas de chía y de lino son muy ricas en mucílagos, un tipo de fibra soluble. Cuando dejas estas semillas en remojo con un líquido (agua, leche, zumo natural de fruta y/o verdura…) liberan estos mucílagos y forman un “gel” que, en el intestino, hace una función de arrastre que facilita la evacuación.
- Una manera de tomarlas es con yogur en tus desayunos.