La “puerta de entrada” del coronavirus a tu cuerpo son la nariz, la boca o los ojos ya que el virus del COVID-19 se propaga por las gotitas que los infectados liberan al toser o estornudar.
El virus "secuestra" a las células para avanzar
Una vez ha entrado en tu cuerpo “ataca” a tus células, porque necesita transmitir sus proteínas a los receptores celulares. Es como si “secuestrara” a las células para ponerlas a trabajar para él y así multiplicarse y extenderse por el interior del organismo. Así, cada célula infectada, “ataca” a la de al lado y se va propagando.
Así se extiende por tu cuerpo
Los primeros síntomas suelen notarse en la garganta, que duele y desencadena una tos seca. El virus, entonces, va bajando progresivamente hacia los bronquios y luego hacia los pulmones, inflamando las membranas y haciendo que sea más dificultoso respirar. Una vez en este estadio, el cuadro puede derivar en neumonía.
Y no se queda solo en los pulmones
Como la infección por COVID-19 se propaga a través de las células de las mucosas que van desde la nariz hasta el recto, puede llegar a otras zonas, por ejemplo, al sistema digestivo y provocar así una diarrea. También puede dirigirse a otros órganos, como el corazón, los riñones, el hígado, etc., entorpeciendo su funcionamiento y complicando el cuadro de salud general.
Qué es lo que detiene al coronavirus
La eficiencia de tu sistema inmunitario es lo que va a hacer que si el coronavirus entra en tu cuerpo no llegue a dar síntomas, haga que estos sean leves o puedas tener complicaciones serias de salud.
Pero tranquila, porque alrededor del 85% de personas infectadas con el COVID-19 cursan sin síntomas o con cuadros leves.
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