Las temperaturas están bajando y empiezan a aparecer los dichosos y molestos resfriados. Son virus y no hay medicamento contra ellos, simplemente podemos aliviar sus síntomas. Por eso la prevención es nuestra arma más poderosa para evitarlos. ¿Sabes cuál es la medida más efectiva que puedes adoptar? Se resume en una palabra: higiene. Higiene en tu cuerpo, en tu casa, en tu trabajo y en la calle. Los virus van a estar ahí y lo único que puedes es intentar darles esquinazo. Veamos las pautas de higiene más detalladas. Hazlo con agua y jabón durante 60 segundos, frotando bien palmas, dorso y entre los dedos, sin olvidar las muñecas. Después, sécate con una toalla de un solo uso y utilízala para cerrar el grifo sin tocarlo. Los pomos de las puertas o las barras del autobús o del metro, que usa mucha gente... Los virus y gérmenes pueden vivir durante varios días y, si no ventilas, estos se van concentrando en el interior de tu casa. Sobreviven especialmente bien en superficies lisas. Evita compartir vasos, cubiertos, toallas u otros objetos que hayan podido estar en contacto con él. En las sábanas, cojines, bufandas... se van acumulando virus y gérmenes, por lo que hay que lavar todo ello a menudo y hacerlo al menos a 60 grados. Como ocurre con tu propia casa, en estos espacios se acumulan los virus. Mira estos consejos para cuando tu compañero de trabajo ha decidido venir a trabajar con un gripazo... Si tus manos han estado en contacto con algún virus y te tocas los ojos, la nariz y la boca, puede que acabes enfermando. Cubrirte la boca con las manos solo favorece la transmisión de los virus. Si estás resfriada, toma nota de todo lo que puedes hacer para curarte en 24 horas.