Prevenir es clave

Osteoporosis: la enfermedad silenciosa que debilita tus huesos

La osteoporosis una enfermedad que debilita los huesos y que no da síntomas hasta que puede ser demasiado tarde. La buena noticia es que se puede prevenir y frenar con un estilo de vida saludable y control médico. Te ofrecemos todas las claves para conseguirlo.

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Carme del Vado

Redactora Jefe de CLARA.

Actualizado a

Muchas personas piensan que si tuvieran osteoporosis lo sabrían, porque notarían algún tipo de dolor óseo o muscular. Pero la realidad es muy distinta: la osteoporosis debilita los huesos, los vuelve quebradizos y aumenta el riesgo de fracturas sin que te des cuenta. E incluso a edades tempranas.

Osteoporosis, una enfermedad frecuente y peligrosa

A la osteoporosis se la conoce como la “epidemia o enfermedad silenciosa”. Y es que según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la osteoporosis afecta en España a 3,5 millones de personas pero solo un 18% de ellas está correctamente diagnosticada.

Pero no es solo esto, sino que es una enfermedad a la que no se da importancia. Según una encuesta realizada por una empresa biofarmacéutica en España, solo el 30% de nosotras da importancia a esta enfermedad, cuando se sabe que 1 de cada 4 personas que se rompen la cadera muere dentro del año posterior a producirse la fractura.

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@owenbeard

Qué es la osteoporosis

La OMS define la osteoporosis como “una enfermedad sistémica, caracterizada por una disminución de la masa ósea y un deterioro de la microarquitectura del tejido óseo que incrementa la fragilidad del mismo, con el consecuente aumento del riesgo de fractura”.

Primeros síntomas de osteoporosis

El problema, como decíamos, es que no hay primeros síntomas, porque cuando se detecta el hueso ya está afectado. Como explica el Dr. Pluvio Coronado, especialista del Hospital Clínico San Carlos de Madrid y miembro de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, “aunque se cree que provoca dolor, lo cierto es que cuando se tiene osteoporosis el hueso no duele. Hay pacientes que desconocen que la tienen hasta que se produce una fractura ósea o un aplastamiento vertebral”.

Y, lejos de lo que puede pensarse, no es necesario darse un gran golpe o sufrir una aparatosa caída. “A veces un simple estornudo, un movimiento ligero o tos provocan la rotura”, añade el experto. Las fracturas más frecuentes provocadas por la osteoporosis son las de muñecas, columna vertebral y cadera.

La menopausia y el cambio hormonal influyen en la osteoporosis

Aunque esta enfermedad puede comenzar a edades precoces, incluso a partir de los 30 años, lo habitual es que aparezca a partir de los 55 años, tras la menopausia, cuando los niveles de estrógenos –hormonas sexuales femeninas con acción protectora sobre la masa ósea– descienden de forma considerable y, unido a la pérdida de calcio de los huesos propia del envejecimiento, aceleran la pérdida de masa ósea.

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Cómo se diagnostica la osteoporosis

Hay diversos métodos para diagnosticarla:

  • Densitometría ósea. Es una prueba indolora, similar a una exploración con rayos X, que mide la densidad del hueso en la columna lumbar, las caderas y la muñeca. El resultado determina si el valor es normal o, por el contrario, se padece osteopenia –nivel bajo de masa ósea–, osteoporosis u osteoporosis severa.
  • Test genético. Se usa como un complemento para el diagnóstico. Detecta posibles alteraciones en los genes relacionadas con la pérdida de hueso y permite saber si el tratamiento hormonal sustitutivo será eficaz para frenar la pérdida de masa ósea durante la menopausia.
  • Reconstrucción 3D. Permite aplicar de forma virtual diferentes fuerzas similares a las que una persona se somete en su vida cotidiana. Así se conoce la resistencia real del hueso del paciente y se realiza un diagnóstico precoz de la enfermedad.
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Cuáles son los factores de riesgo de la osteoporosis

  • Menopausia temprana. Si has tenido menopausia precoz –antes de los 40 años– o temprana –antes de los 45– presta especial atención. Según una investigación del Hospital Universitario de Skane (Suecia), las mujeres a las que se les retira la menstruación precozmente tienen el doble de posibilidades de desarrollar osteoporosis. Esto se debe a que la menopausia reduce el nivel de estrógenos, la hormona que cuida de nuestros huesos.
  • Tener más de 45 años. A medida que sumamos años las posibilidades de desarrollar osteoporosis se multiplican. Según los expertos, a partir de los 30 años perdemos aproximadamente un 1% de masa ósea anual. La causa: ya no se regeneran de la misma manera. A partir de los 40, la pérdida de hueso puede alcanzar hasta el 5% anual, especialmente en el periodo comprendido entre los 5 a 10 años después del inicio de la menopausia. Por ello, la osteoporosis es más frecuente entre los 50 y los 65 años.
  • Estar baja de peso. Estar muy delgada –con un índice de masa corporal (IMC) inferior a 20– puede propiciar el desarrollo de osteoporosis. Según los expertos la grasa corporal potencia la producción de estrógenos, las hormonas sexuales femeninas implicadas en la generación de hueso.
  • Tampoco el sobrepeso es bueno. Según un estudio de la Escuela de Medicina de Harvard (EE. UU.), un exceso de grasa abdominal significa que si tienes más grasa en tu médula ósea puede obstaculizar la formación de hueso nuevo y debilitar el ya existente.
  • Uso de corticoides. Este tipo de medicamentos, usados para tratar alteraciones como asma, artritis, alergias o psoriaris, puede disminuir el número de osteoblastos, las células responsables de la formación del hueso si se toman durante períodos prolongados.
  • Antecedentes familiares. La masa ósea viene determinada genéticamente en un 70%. Si tu madre, hermanas, tías y/o abuela tienen o han tenido osteoporosis tus probabilidades de tenerla aumentan. La buena noticia es que tus hábitos de vida determinan el otro 30%, por lo que cuidarte es tu mejor seguro.
  • Ser fumadora. Los huesos de los fumadores pierden densidad y son más propensos a sufrir fracturas. La causa: el tabaco impide un metabolismo adecuado de los estrógenos, las hormonas femeninas que protegen la salud ósea.
  • Problemas de tiroides o diabetes, insuficiencia renal o hepática crónica. La osteoporosis también aparece asociada a algunas alteraciones y enfermedades. Si, por ejemplo, tu tiroides produce hormonas en exceso –tienes hipertiroidismo– el metabolismo se acelera y se incrementa la tasa de pérdida ósea. Asimismo, si sufres diabetes, insuficiencia renal o hepática crónica tus huesos sufren en mayor medida la inhibición de formación de hueso y, por tanto, tu debilidad ósea aumenta y, con ella, desgraciadamente, la posibilidad de sufrir fracturas.
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La prevención es la clave para evitar la osteoporosis

Los tres pilares para tratar de evitar la osteoporosis son una alimentación adecuada, tomar el sol durante un tiempo prudencial y hacer ejercicio.

  • Qué comer para prevenir. Hay que llevar una dieta saludable, del estilo de la dieta mediterránea y no pensar que el calcio no proviene solo de los lácteos sino también de los frutos secos, como las almendras; los cereales, como la avena o el arroz; las semillas, como las de amapola o sésamo; o la verdura, sobre todo la de hoja verde.
  • Andar, el mejor ejercicio para prevenir la osteoporosis. Es fácil de practicar y no exige equipación ni pagar cuotas de gimnasio, con lo que se puede realizar regularmente. Por ello, andar está muy recomendado. En general, para fortalecer el hueso se aconseja un ejercicio que te haga trabajar contra la gravedad como andar, subir y bajar escaleras, montar en bici, hacer pesas, bailar… Esto descarta los deportes en el agua. Y aunque un poco de impacto ayuda a que se fije el calcio en el hueso, tampoco convienen los deportes de alto impacto (correr, saltar, tenis).
  • Imprescindible ponerse al sol. La luz solar nos permite sintetizar la vitamina D cuando sus rayos inciden sobre nuestra piel, pero, desgraciadamente, es muy habitual tener déficit de esta vitamina ya que, a parte del sol, pocos alimentos la aportan y lo hacen en proporciones bajas (solo pescados grasos, setas, mantequilla…). Se suele recomendar tomar el sol durante 15 minutos todo el año sin protección solar, pero un estudio de la Universidad Politécnica de Valencia constató que esto depende de la estación del año. Así, por ejemplo, en verano es suficiente con unos 10 minutos de exposición al sol del 25% de la superficie de nuestra piel (y mejor si es la barriga, donde se absorbe mejor); pero en invierno, pueden necesitarse 130 minutos con una exposición del 10% de la superficie de la piel.
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@matheusdk00

Tratamiento de la osteoporosis

El médico analizará tu historia clínica, antecedentes familiares y factores de riesgo. Si cree que tus huesos pueden estar debilitados, te hará una densitometría. En función del resultado, si lo considera necesario, buscará el fármaco que mejor se adapta a tus necesidades.

  • Suplementación. Si el hueso está debilitado (osteopenia) o si tienes otros problemas, como intolerancia a la lactosa por ejemplo, el doctor puede prescribir suplementos de calcio. También puede prescribir suplementos de vitamina D. De todos modos, la suplementación está en constante revisión ya que van saliendo estudios que cuestionan su efectividad, como una investigación internacional en la que ha participado el Instituto de Investigación Sanitaria Valdecilla (Cantabria) y publicado en el British Medical Journal, que ha concluido que “las intervenciones dirigidas a aumentar la masa ósea y la función muscular tienen más probabilidades de prevenir fracturas que la administración generalizada de suplementos de calcio y vitamina D”.
  • Terapia hormonal sustitutiva. Cuando la enfermedad ya se ha declarado o la densitometría lo aconseja, pueden recomendarse otros fármacos. Entre los más habituales se halla la terapia hormonal sustitutiva –que compensa la pérdida de estrógenos que acontece durante la menopausia– y los bifosfonatos –que disminuyen la incidencia de la fractura.
  • Otros fármacos. Hay otros fármacos que se indican en casos más específicos, como el denosumab, que bloquea y disminuye la degradación ósea y aumenta su densidad; o el ranelato de estroncio, que aumenta la densidad mineral ósea y reduce el riesgo de fractura.