Sentir dolor en la boca del estómago es una molestia bastante habitual. Todas lo hemos sufrido alguna vez en algún momento de nuestra vida tras una comida copiosa o cuando hemos consumido alimentos grasos, picantes o que no toleramos bien. También si estamos muy nerviosas podemos sentir el típico 'nudo' en el estómago que pasa cuando podemos solucionar el problema que nos preocupa. Pero sí debes estar atenta a algunas señales que podrían indicar que se trata de un problema más serio.
El doctor Antonio Moreno García, especialista en Aparato Digestivo y portavoz de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD) nos explica cuáles son las enfermedades que pueden producir esta molestia y cuándo debemos acudir de forma urgente al médico porque puede ser algo grave que comprometa tu vida.
¿Cuáles pueden ser las causas del dolor en la boca del estómago?
El término que utilizan los médicos para definir el dolor en la boca del estómago es epigastralgia. Se refieren a él cuando se localiza en el cuadrante superior del abdomen, en el centro y por debajo del esternón.
Sus causas pueden ser múltiples y, entre ellas, las podemos clasificar como causas de origen digestivo, que son las más frecuentes, y causas no digestivas.
Se pueden presentar de forma súbita y aguda. Aunque hay personas que suelen sentirlo durante un periodo de tiempo largo y en episodios.
Tenemos un abanico de patologías muy amplio que provocan dolor en la boca del estómago. Pueden ir desde cuadros leves, como una gastroenteritis, a muy graves como una rotura de aneurisma de la arteria aorta.
Dolor de estómago: causas digestivas
- Enfermedad por reflujo gastroesofágico. Ocurre cuando el contenido de estómago regresa al esófago irritándolo.
- Úlcera gastroduodenal. Son llagas que aparecen en la mucosa del estómago.
- Gastritis infecciosas. Es una inflamación de la mucosa gástrica y puede ser producido por un virus, bacteria o parásitos.
- Gastritis por consumo de fármacos como los antiinflamatorios. Inflamación por el consumo de estos medicamentos sin un fármaco que proteja el estómago.
- Dispepsia. Dolor en la parte alta del estómago, hinchazón, acidez e, incluso, náuseas por indigestión, estrés, fármacos u otras causas.
- Meteorismo o gases. Es la distensión abdominal provocada por la producción y acumulación de una cantidad excesiva de gases.
- Espasmos del esófago. Contracciones dolorosas dentro del tubo muscular que conecta la boca del estómago con este.
- Acalasia esofágica. Es una enfermedad del esófago en la que este no funciona correctamente y no puede expulsar los alimentos al estómago.
- Litiasis o cálculos en la vesícula biliar o en el colédoco. El dolor suele manifestarse en el lado derecho del abdomen y puede acompañarse de vómitos.
- Pancreatitis agudas o crónicas. Inflamación del páncreas.
- Apendicitis aguda. Inflamación e infección del apéndice, un pequeño saco localizado en el intestino grueso.
- Perforación del estómago. Orificio en el estómago, causado por una úlcera.
- Isquemia intestinal. Muerte del tejido del intestino.
- Trombosis de la vena porta. Obstrucción de esta vena, que es la que lleva sangre al hígado desde el intestino debido a un coágulo.
- Cáncer. Tumores de estómago y del área biliopancreática.
Dolor de estómago: causas no digestivas
- Infarto agudo de miocardio. El corazón no recibe suficiente sangre debido, en muchos casos, a la obstrucción de las arterias.
- Disección o rotura de aneurisma de aorta. Es el principal vaso que lleva sangre al abdomen. Un aneurisma es el ensanchamiento anormal de la aorta. En ocasiones se puede romper debido a su abombamiento y puede ser mortal)
- Pericarditis. Inflamación de las membranas que rodean el corazón.
- Dolor muscular en la espalda que se irradia hacia delante.
- Neuralgias como las que ocurren después de sufrir una infección por herpes zoster.
Las causas más comunes de dolor de estómago
Aunque, como ves, hay infinidad de causas que pueden provocar dolor en la boca del estómago, las más comunes son las patologías relacionadas con:
- Cálculos (piedras) o litiasis en la vía biliar, como son los cólicos biliares.
- Pancreatitis agudas.
- Reflujo gastroesofágico por la presencia de una bacteria, la Helicobacter pylori.
¿Cómo saber si se trata de algo grave?
Para que el médico puede realizar un buen diagnóstico, es muy importante que lleves un control de los momentos del día en los que sientes estas molestias. Así podrá determinar qué pruebas serán necesarias para confirmar a qué se debe el dolor.
- En ayunas. El dolor que aparece tras unas horas de haber comido y que se alivia con la toma de alimentos, nos debe hacer pensar en una úlcera gástrica o duodenal.
- Dolor en la boca del estómago por la noche. Si nos despierta por la noche el dolor podría deberse a un trastorno por reflujo que empeora por la posición cuando dormimos. Pero si esta situación continúa y no hay datos de acidez, se tendría que descartar con un médico que existan neoplasias pancreáticas, gástricas, o problemas circulatorios.
- Dolor en la boca del estómago después de comer. En este caso, las causas más frecuentes son las relacionadas con las litiasis o cálculos biliares (cólicos biliares), enfermedad por reflujo gastroesofágico, dispepsias del tipo dismotilidad y a una patología pancreática como la pancreatitis crónica.
¿Qué pruebas se necesitan para diagnosticar el dolor de estómago?
- Cita con el médico. En ella, el especialista te hará una entrevista donde el médico puede obtener información de las características del dolor y orientar las pruebas complementarias que te harán y en qué orden.
- Análisis de sangre. Es importante porque se podrá saber si hay anemia y de qué tipo, o alteración de las transaminasas y enzimas de colestasis. Todos estos marcadores orientarán hacia una patología relacionada con la vesícula biliar o pancreática.
- Ecografía de abdomen. Permite valorar de una forma muy fiable las estructuras abdominales. Con ella se podrá explorar si existen cálculos en la vesícula o en la vía biliar, la morfología del páncreas por si está inflamado o hay lesiones. También se podrá ver el hígado y la circulación abdominal. La ecografía también puede identificar lesiones inflamatorias en el estómago, intestino delgado y colon.
- Endoscopia digestiva alta. Consiste en introducir un tubo con una óptica a través de la boca. Esta prueba suele realizarse con sedación, por lo que no notarás nada. Con ella, el especialista examinará el esófago, estómago y duodeno para valorar la presencia de irritación o lesiones en el esófago debido a reflujo, si hay una hernia de hiato, úlceras a nivel en el estómago y duodeno, gastritis o tumores. Además, la endoscopia permite la toma de muestras, así como tratar las úlceras si presentan complicaciones como una hemorragia.
- pH-metría de 24 horas. Esta prueba se realiza si se sospecha la presencia de una la enfermedad por reflujo gastroesofágico. Consiste en la colocación de un catéter muy fino a través de la nariz hasta el estómago para ver si el ácido del estómago pasa hacia el esófago.
- Manometría esofágica. Se trata de una prueba con equipos de alta resolución que aporta información de cómo funciona el esófago. Se realiza cuando los médicos piensan que el dolor puede deberse a un espasmo esofágico, acalasia (una enfermedad rara por la que el esófago no puede enviar los alimentos al estómago) u otro trastorno del movimiento del esófago. Consiste en una pequeña sonda que se introduce por la nariz hasta el estómago midiendo como se contrae y relajan los músculos según estemos deglutiendo o no.
- TAC o RM. Si se sospecha un problema de la vía biliar o del páncreas, tras la ecografía el médico aconsejará realizar un estudio mediante TAC o con Resonancia Nuclear Magnética (RNM) para evaluar el páncreas y/o la vía biliar (colangioRNM).
- Ecoendoscopia. Se trata de una técnica que ha supuesto un gran avance en el estudio de la patología del tracto digestivo superior. Consiste en un endoscopio que es capaz de realizar una ecografía a través del esófago, estómago y duodeno. Con ella, se consigue ver muy cerca estos órganos, siendo muy útil en el diagnóstico de los problemas de la vía biliar y páncreas, que por sus características y localización anatómica son difíciles de evaluar. Al estar tan próximo al páncreas, es capaz de estudiar bien sus características y tomar muestras de biopsias para el estudio de sus lesiones.
¿Cuándo puede ser por algo más grave?
Tienes que estar muy atenta y pedir lo antes posible una cita con tu médico cuando aparecen estos síntomas:
- Dolor muy intenso agudo, que no cede o se acompaña de sudoración profusa, nauseas y vómitos. En estos casos, es aconsejable acudir a un servicio de urgencias para descartar un cuadro cardiaco o de otro tipo, como una pancreatitis aguda.
- Disfagia o dificultad para tragar alimentos sólidos y/o líquidos.
- Episodios de regurgitación nocturna (vómitos) de los alimentos desde el estómago a la boca.
- Dolor torácico.
- Pérdida de peso no justificada, es decir, no estás llevando a cabo ninguna dieta para adelgazar.
- Si se vomita sangre o aparecen heces melénicas (negras y pegajosas como el alquitrán).
- Episodios de ahogo, sobre todo, nocturno relacionados con regurgitaciones desde el estómago.