50 consejos fáciles para estar más sana

Librarte del dolor en las articulaciones

Hay varias cosas que te pueden ayudar a prevenir el dolor en las articulaciones de los huesos.

• Ungüentos. Además de moverte y estar en tu peso ideal –lo que te ayudará a cuidar de las articulaciones–, cuando te duelan, ponte un emplasto de arcilla verde. Cómprala en la farmacia, mézclala con agua y aplica sobre la zona dolorida. Tapa con gasa y cubre con papel film. Deja que actúe durante 3 horas y repite a los 3 días.
• Infusiones. Otra cosa que te puede ayudar a combatir las molestias es tomar infusión de jengibre, que es antiinflamatoria y analgésica.
• Hábitos alimentarios. También es importante que evites tomar alimentos ácidos, como el vinagre o vegetales o frutas como tomates, grosellas, etc., que perjudican las articulaciones. Tampoco te convienen el café, las carnes rojas, el marisco, los embutidos y azúcar en cualquiera de sus formas. Descubre por qué el azúcar añadido es malo.

Evitar tensión en las cervicales

Libera la tensión de las cervicales y quítate un peso de encima. Las malas posturas y el estrés es lo que castiga las cervicales.

• Taconazos, con cuentagotas. Muchos dolores cervicales se deben a su uso frecuente.
• Anda erguida. Con la cabeza alta y las escápulas rectas. Si andas con la cabeza hacia delante, tus vértebras soportan un 120% más de presión.
• Usa un manos libres. Bajar la cabeza para mirar el móvil o sujetar el receptor con el cuello provocan dolor.
• Duerme de lado. Con una almohada baja y un cojín entre las piernas.
• Ojo con el sujetador. Si lo llevas demasiado ajustado puede dificultar los movimientos de la parte alta de la espalda.
• Relaja la zona con calor. Ponte una esterilla eléctrica o un parche térmico para ayudar a relajar la parte superior de la columna.
• Practica la natación. Los estilos crol y espalda las fortalecen.
• Hazte un automasaje. Realiza movimientos circulares con las yemas de los dedos ejerciendo una suave presión en la nuca.

Dormir bien

En la Universidad de Harvard (EE. UU.) han ideado la forma de dormir bien casi instantáneamente.

• Método 4-7-8. Solo tienes que inspirar durante 4 segundos, retener el aire durante 7 segundos y soltarlo durante 8. A la tercera repetición, te quedarás frita. Más detalles de esta técnica, aquí.
• Para mantener el sueño… Ponte calcetines, porque los pies fríos pueden hacer que te despiertes. Tampoco comas dulces antes de irte a la cama, ya que provocan un bajón de azúcar que te desvelaría. Ni bebas alcohol, porque aunque hace que te duermas rápido, luego causa despertares nocturnos.

Combatir el dolor espalda

Para evitar el dolor de espalda, procura llevar una vida activa aunque tengas molestias. El descanso no ayuda a recuperarte.

• Respiración relajante. Túmbate boca arriba, pon una mano sobre la barriga y respira tranquila y profundamente, inspirando y espirando de forma consciente. En solo 2 minutos la espalda se relajará y tendrás menos sensación de dolor.
• Calor en la barriga. Si te tumbas y te pones una botella de agua caliente o una esterilla eléctrica sobre la barriga, conseguirás relajar la espalda a través de las zonas reflejas.
• Saca pecho. Así llevarás la espalda erguida en cualquier postura: de pie, sentada…
• Trabaja tu core. Son los músculos profundos que rodean el abdomen y dan estabilidad a la columna. Fortalécelos con abdominales hipopresivos, planchas isométricas, etc. Aquí tienes ejercicios para el core te van a hacer sentir GENIAL.
• Aligera tu bolso. El exceso de peso también daña tu espalda. Carga lo imprescindible y, si es mucho, repártelo entre una mochila y un bolso pequeño.

¿Dolor de cabeza? ¿de oído? ¿Y si es la mandíbula?

Apretar mucho los dientes puede causar jaqueca, mareos, dolor de oído o en las cervicales…

• Para relajar la mandíbula, se recomienda llevar una férula de descarga para dormir. Pero de día hay otras maneras de evitar tensarla, una tan sencilla y efectiva como llevar la lengua detrás de los dientes.
• Además, hacer sentadillas también te ayuda. ¿Una idea loca? No, porque si tienes las piernas fuertes te es más fácil hacer esfuerzos, como levantar unas bolsas, sin apretar los dientes.
• Cuando sientas que tienes la mandíbula tensa, di “aaa” de forma exagerada.
• Evita mascar chicle y también mordisquear el bolígrafo si sientes dolor en la mandíbula.

Piel confortable sin picores ni tiranteces

Además de ducharte con agua tibia, nunca caliente, y de usar jabones para la piel sensible e hidratarla a diario mañana y noche, gana confort con estas otras recomendaciones.

• No te rasques. No aliviarás el picor, sino que lo multiplicarás y, encima, te llenarás de heriditas. Mejor aplícate una crema de caléndula sobre la zona irritada.
• Revisa la composición. Evita componentes “problemáticos” como lanolina, sustancias alcalinas (amoníaco), conservantes (parabenos, tiazolinonas), colorantes y perfumes.
• Báñate en sal. El agua de mar ayuda a aliviar el picor. Reproduce su efecto en casa con un baño de agua y sal marina. Tras tomarlo, dúchate, sécate bien e hidrata.
• Evita el guante de crin. Para exfoliarte, mejor usa una esponja natural, menos agresiva.

Zona íntima sin infecciones ni molestias

• Cuida los productos de higiene íntima. No uses jabones agresivos en esta zona, mejor los de pH neutro o especialmente formulados para ella.
• Decántate por ropa interior de algodón, las compresas y tampones de algodón ecológico, y sobre todo salvaslips, que no contiene ni cloro ni blanqueadores, es más transpirable y esto ayuda a evitar infecciones.
• Siempre sécate bien tras la ducha.
• Al ir al baño, límpiate de delante hacia atrás.
• Orina después de tener relaciones sexuales y no te aguantes la orina, hacerlo favorece las infecciones.

Despedirse de la hinchazón abdominal y... ¡felices digestiones!

Olvídate de sentirte hinchada, pesada y falta de energía después de comer. Además de masticar bien y llevar una dieta ligera, ten en cuenta:

• Oxigena tu estómago. Antes de sentarte a la mesa, haz unas cuantas respiraciones profundas. Cuanto más oxígeno llegue a esta zona, mejor será tu digestión.
• Sonríe. Puede sorprenderte, pero un estudio americano ha demostrado que sonreír mejora el sistema digestivo, incluso si solo forzamos la sonrisa.
• Sé rutinaria. Según el Salk Institute for Biological Studies (EE. UU.), tener horarios fijos para comer activa el metabolismo y facilita la digestión.
• ¿Cómo es tu mordida? Una mala oclusión dental puede hacer que no tritures bien los alimentos o que tomes demasiado aire al comer, sintiéndote hinchada y pesada.
• Ni bebidas con gas ni alimentos con aire. Lo de las bebidas te puede sonar más, pero también hay platos, como las mousses, que tienen aire. Mejor no abusar y tomar infusiones digestivas.

Acabar con el estreñimiento

Para plantar cara al estreñimiento, sigue una dieta rica en frutas y verduras y pobre en carne y sal. Y ten en cuenta también:

• Lino, sí, pero… Estas semillas favorecen el tránsito, pero hay que remojarlas para que se forme un gel rico en mucílagos, que ayudan al evacuar.
• Automasaje. Traza círculos desde el ombligo hacia fuera en el sentido de las agujas del reloj.
• Polen de abeja. Añade un par de cucharadas a un vaso de leche y tómalo en el desayuno, ayudará a activar tus intestinos.
• Café y vaso de agua. Antes se solía acompañar así el café, y tiene mucho sentido: el café, lo mismo que el alcohol, deshidrata.

Cuidar tus pulmones

Respira a pleno pulmón. Las claves para respirar bien y cuidar la salud de tus pulmones es coger aire siempre por la nariz para disminuir el riesgo de infección, y mejorar tu capacidad pulmonar entrenándolos, como los demás músculos:

• Caminata consciente. Anda inspirando por la nariz en 2 pasos y soltando el aire en 4. Y sube y baja escaleras inspirando en 1 peldaño y espirando en 2.
• Hincha globos. Varios cada día. Al soplar, procura tener bien contraído el suelo pélvico.
• Haz burbujas. Fórmalas con espiraciones tan largas como puedas. Coge aire y repite varias veces.

Evitar dolores lumbares

Este ejercicio para estirar te irá de perlas si pasas horas sentada. Tus lumbares y glúteos te lo agradecerán y evitarás dolores lumbares.

• No hace falta ni que te levantes de la silla.
• Solo apoya los pies en el suelo, dobla una pierna y llévala a reposar sobre el muslo de la otra.
• Con la espalda recta y las escápulas atrás, como buscándose, echa el cuerpo hacia delante sin curvarte. Notarás cómo se estira la musculatura del glúteo, pero no debe ser doloroso.
• Aguanta unos 20 segundos en esta posición y repite con la otra pierna.
• Haz la serie 4 veces y repítela durante el día.

Además, en casa, túmbate boca arriba en la cama con las piernas flexionadas y la planta de los pies apoyada. Pon una pelota de tenis entre la cama y el glúteo y muévete en círculos (para que la pelota ruede).

Plantar cara a las congestiones

Además de beber mucha agua, caldos e infusiones durante el día, recuerda:

• Toalla caliente. Póntela sobre la nariz y los pómulos, calentita pero que no llegue a quemar, para que te ayude a eliminar la mucosidad.
• Suero fisiológico. Cómpralo en monodosis y llévalo en el bolso para ponértelo antes de las comidas principales. Ladea la cabeza, tapa el agujero de la nariz que quede debajo y echa suero en el superior. Luego, repite por el otro lado. Suénate y verás cómo cede la congestión.
• Toma naranjas. La vitamina C no previene los resfriados pero sí que ayuda a que estos sean más cortos. Por el mismo motivo, consume muchas frutas y hortalizas frescas, especialmente naranjas, kiwis y pimiento rojo crudo.
• Por la noche. Eleva las patas de la cama para que la mucosidad no te ahogue y te impida dormir. Y usa humidificadores o pon toallas calientes sobre el radiador para que la mucosa nasal no se reseque debido a un ambiente seco.

Olvidarte del dolor cabeza

Relájate y di adiós al molesto dolor de cabeza. La cefalea tensional es el dolor de cabeza más frecuente.

• Disponer de herramientas para controlar el estrés te será útil. Por ejemplo, si relajas el ceño, evitarás muchas jaquecas. Cuando sientas que lo frunces, presiona con los pulgares al final del arco de la ceja, donde toca la nariz.
• La típica infusión de tila que te daría tu abuela o alimentos relajantes como los plátanos o los lácteos también son mano de santo.
• Y si estás pasando una época de estrés, te iría bien meditar un rato cada día. Una meditación fácil consiste en sentarte cómoda en una habitación en silencio, con luz tenue y fijar tu atención, por ejemplo, en la llama de una vela.

Si sufres migrañas o cefaleas de racimo, el médico debe pautar el tratamiento.