¡No fallan!

Cómo dejar de fumar sin engordar: claves para lograrlo

Cuando dejas el tabaco, puedes engordar de dos a cinco kilos. Pero con estos consejos le dirás adiós al tabaco sin subir de talla.

como dejar de fumar sin engordar

Actualizado a

Son muchas las personas que se resisten a dejar de fumar por el miedo a engordar. Y es que, según los expertos, se pueden ganar entre dos y cinco kilos de peso en los cuatro y seis meses siguientes. La buena noticia es que si te cuidas y sigues estos consejos puedes evitar engordar.

Lo que hay que tener muy claro es que el tabaco mata y que el miedo a subir de talla no debe ser un motivo que te impida decir basta a este hábito tan nocivo. Recuerda que si fumas tienes más riesgo de sufrir diversas enfermedades como enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), enfisema pulmonar, y cáncer. Pero no solo de pulmón, también el de vejiga se asocia a este hábito. Por tanto, no busques excusas y marca un día en el calendario para apagar el último cigarrillo.

¿Por qué se puede engordar cuando se deja de fumar?

A pesar de que no todo el mundo engorda cuando deja de fumar, sí se pueden producir algunos cambios en tu organismo que favorecen el aumento de peso, como decíamos, reversible e, incluso, evitable:

  • No quemas tantas calorías. La nicotina aumenta la tasa metabólica, es decir, la cantidad de energía que necesita una célula para subsistir. Y esto significa que cuando fumabas gastabas más calorías (hasta 250). En cambio, cuando tu cuerpo deja de recibir esta sustancia, el metabolismo va más lento y te costará un poco más quemar lo que comes.
  • Tu recompensa ahora es la comida. Cuando fumabas, sentías placer, ya que uno de los efectos de las adicciones es que se activan los mecanismos de recompensa del cerebro. Al dejar de fumar, mucha gente busca esta gratificación en la comida.
  • El tabaco ya no te sacia. Muchos fumadores sacian el hambre con el tabaco. Por lo que cuando se deja de fumar, se pica más entre horas.
  • Te comen los nervios. Los efectos secundarios que puedes sufrir cuando rompes con una adicción son irritabilidad, insomnio, ansiedad o, incluso, estado de ánimo más bajo. Además, a mayor ansiedad, más predilección por alimentos hipercalóricos.
  • Todo te sabe mejor. Otro de los factores que pueden contribuir al aumento de peso es la mejora en el gusto y el olfato que se produce cuando se deja de fumar. Y ello, indudablemente, te hará disfrutar más de la comida y te inducirá a comer más. ¿Resultado? Si no te controlas, la ropa te va a ir más justa.

Cómo dejar de fumar sin engordar

Son consejos muy sencillos. Se basan, sobre todo, en escoger determinados alimentos, mantenerse bien hidratada, controlar el hambre emocional y apoyarse en sustitutos de la nicotina o medicación para dejar de fumar.

  1. Acude a una unidad para dejar de fumar. Habla con tu médico de cabecera para que pueda derivarte a una unidad antitabaco. Allí te ayudarán a diseñar un plan para que consigas dejar de fumar. Además, cuentan con especialistas que te orientarán a controlar y a mantener una dieta sana.
  2. Estos alimentos son tus aliados. Hacen que el tabaco sepa peor. Es el caso de la leche, las hortalizas y los vegetales, según la Universidad de Duke (EE.UU.)
  3. Evita los refrescos y los dulces y no abuses de la cafeína. Por varias razones. En primer lugar, las bebidas carbonatadas y azucaradas, así como los dulces suman calorías vacías a tu dieta. Por otro lado, los alimentos estimulantes pueden hacer que estés más nerviosa y eso aumente tu ansiedad por comer. O peor, volver a fumar.
  4. Ten siempre a mano una botella de agua. No es un sustitutivo pero sí alivia la ansiedad de fumar o comer. Además, ayuda a limpiar el organismo, necesario cuando se ha expuesto a un hábito tan nocivo como el tabaco.
  5. Controla el hambre emocional. La mayoría de las veces comemos por aburrimiento o por ansiedad, no por tener un hambre real. Para combatir el hambre emocional puedes poner en práctica la alimentación consciente. Concéntrate en el momento de preparación de la comida, prestando atención a cada movimiento, a su textura, su color, su sabor y haz lo mismo cuando la comas. Se trata de mantener la mente ocupada en algo que produzca bienestar y aleje el deseo de fumar.
  6. Prepárate infusiones relajantes. La abstinencia puede producir cambios en el humor como ira, irritabilidad, así como producir ansiedad o nerviosismo. Las infusiones relajantes pueden aliviar estas sensaciones.
  7. Da más pasos. Seguramente, sabrás que dar 10.000 pasos diarios te ayuda a mantenerte en forma. Puedes probar a incrementar tu meta y subir tu objetivo a 17.000 (el número de pasos que debes dar si quieres perder peso). Además, el ejercicio físico calma la ansiedad.
  8. Cuenta hasta diez. Cuando tengas ganas de encender un cigarrillo, cuenta hasta diez y respira profundamente. Y si vas a atacar la nevera, haz lo mismo. Así distraerás al cerebro y combatirás el mono por fumar o comer.
  9. Elige un sustituto (pero no por mucho tiempo). Hay productos, como chicles, caramelos o parches de nicotina que pueden servirte como sustitutivos para calmar la ansiedad que te produce la falta de nicotina. No abuses. Y pide siempre consejo farmacéutico.
  10. Pide una ayuda extra. Si crees que vas a volver a caer o te cuesta mucho controlar el hambre, pide consejo a tu médico sobre los medicamentos para dejar de fumar. El más conocido es el bupropión, que actúa a nivel cerebral reduciendo la ansiedad. Necesita receta y requiere control médico.