
Según ciertas asociaciones científicas, la autoexploración no mejora la mortalidad por cáncer de mama, pero, como explica la Dra. Funk, muchas mujeres han detectado un bultito o han visto que algo no iba bien al explorarse y eso las ha llevado a consultar al médico. Nadie como tú conoce tus pechos y si al explorarte tienes la posibilidad de detectar cambios sospechosos, ¿por qué no aprovecharlo?
Blando y se mueve
Si no está anclado en el tejido y lo palpas más que lo ves, probablemente se trate de un bulto de grasa o lipoma. El tumor maligno, a diferencia de este, es duro y queda como fijado en la piel.
Saquito cerrado
Está bajo la piel y su crecimiento suele ser lento, aunque a veces puede cambiar de tamaño rápidamente. Todo ello suele indicar que es un quiste, lo que pasa es que si es duro y está en una zona profunda, puede confundirse con un tumor.
Duro y redondeado
Suele tratarse de un fibroadenoma y es frecuente en mujeres cuyas mamas son muy fibrosas, pero como tiene poca movilidad, puede confundirse con un tumor maligno, por lo que siempre es mejor consultar.
Varios o irregulares
Más que bultitos, lo que puedes notar son las glándulas y conductos propios del seno. Esto suele pasar en mujeres cuyas mamas son muy fibrosas, con poco tejido graso. Son mamas más difíciles de explorar que requieren más control.