Según la Agencia de Protección Medioambiental de EE. UU., el estadounidense medio se pasa el 93 por cierto del tiempo a cubierto. Eso supone que de una semana, una persona solo está medio día al aire libre. Y los datos de los europeos son muy similares. Gran parte de ese tiempo bajo techo lo pasamos mirando pantallas. Son hábitos que pocos beneficios nos reportan en términos de salud física y mental. De hecho, la OMS afirma que el estrés es la gran epidemia del siglo XXI. Y encontrar un modo de tratar el estrés es uno de los grandes desafíos de salud para el futuro.
Para contrarrestar esta nociva tendencia, llega desde Japón una práctica anti estrés que, aunque ellos lleven aplicándola desde los años 80, es ahora cuando se está poniendo súper de moda en Occidente: el shinrin-yoku o darse un baño de bosque. Acaba de publicarse el libro El poder del bosque. Shinrin-yoku. Cómo encontrar la felicidad y la salud a través de los árboles (Ed. Roca Editorial) del Dr. Qing Li, el máximo experto mundial en el tema.
Un baño de bosque de dos horas te ayudará a desconectar de la tecnología y a bajar el ritmo. Te hará sentir el presente y te quitará el estrés. Conectar con la naturaleza con todos los sentidos aporta relajación inmediata y eso tiene grandes beneficios para tu salud, como hemos explicado en la galería de arriba.
Los años de experiencia del Dr. Qing Li han demostrado que el shinrin-yoku puede ayudar a reducir el azúcar en la sangre, mejorar la concentración y la salud mental, disminuir el dolor y mejorar el sistema inmunitario.
¿Cómo se practica un baño de bosque?
La idea sería dar un paseo relativamente largo por algún bosque cercano o un parque frondoso. Puedes reservar las caminatas más largas en bosques más apartados de la ciudad para el fin de semana e intentar dar micro paseos entre semana por los parques de tu ciudad.
No pasees de cualquier manera. El objetivo es aplicar las técnicas de atención plena –mindfulness– en este paseo. Tienes que experimentar con todos tus sentidos lo que el bosque te ofrece. ¿Qué colores observas? ¿A qué huele? ¿Qué sonidos percibes? Básicamente se trata de desconectar el piloto automático y disfrutar de la naturaleza de una manera consciente.