Cierran los colegios, institutos y universidades; te mandan a trabajar a casa; tienes que ejercer de maestra de tus hijos; la gente arrasa en los supermercados; las noticias no paran de proclamar el avance de la enfermedad… La situación no es la más propicia para estar relajada. Tanta alarma social puede influir en tu estado emocional y dar lugar a conductas de alerta que resultan poco eficaces a nivel personal y social. Aun así, debes tratar de no perder el control. Debes seguir las recomendaciones de los expertos para mantener la serenidad. De lo contrario, el pánico, el estrés y la ansiedad te impedirán seguir con tu vida cotidiana y terminarán haciendo mella en tu salud física y mental.
Diferentes especialistas ofrecen pautas para evitar obsesionarse y asumir cualquier problema desde la objetividad y la calma. Estas son algunas de sus recomendaciones para un afrontamiento psicológico adecuado:
Mantén una actitud optimista y objetiva
Los expertos llaman a la calma. Este tipo de situaciones ocasionan gran incertidumbre, pero no conviene alarmarse. Simplemente hay que seguir a rajatabla todas las indicaciones de las diferentes instituciones para evitar más contagios. El COPM (Colegio Oficial de la Psicología de Madrid) recomienda mantener una actitud optimista y objetiva. ¿Cómo se puede conseguir? Llevando a cabo los hábitos de higiene y prevención recomendados por las autoridades sanitarias y tratando de hacer una vida normal y de modificar lo menos posible tus rutinas diarias.
Sé precavida y prudente
Este mismo organismo recomienda no obsesionarse con la COVID-19 ni magnificar la situación. No te pongas en lo peor anticipadamente. Para conseguirlo, procura no hablar constantemente del tema ni pasarse el día buscando información en Internet o en diferentes medios de comunicación acerca de la enfermedad. Es imprescindible estar bien informado, pero la sobreinformación puede resultar contraproducente, aumentando tu nerviosismo y malestar. Muy importante: acude a fuentes oficiales y busca información contrastada por expertos: Ministerio de Sanidad, Colegios Profesionales Sanitarios, Organismos Oficiales, OMS, etc.
No pierdas el contacto con tus familiares y amigos
Limitar la vida social no significa aislarse socialmente. Afortunadamente contamos con un montón de recursos para continuar en contacto con los nuestros. El teléfono, las videoconferencias y los mensajes de Whatsapp nos permitirán seguir sabiendo los unos de los otros y apoyarnos si lo necesitamos. Para no tener sensación de soledad, puedes puedes organizar reuniones virtuales.
Evita difundir noticias sin contrastar
Vivimos en la era de la información y todos los vídeos y noticias sobre el coronavirus que compartimos pueden hacerse virales en un tiempo récord. Contrasta cada mensaje que recibas y no contribuyas a dar difusión a bulos y noticias falsas. Estarás alimentando el miedo y aumentando el caos que estamos viviendo. Hay que ser extremadamente cuidadosa en estos momentos.
Cuidado con el rechazo y la discriminación
El miedo puede hacer que nos comportemos de una forma impulsiva, rechazando o discriminando a ciertas personas. Si sientes que te dejas de llevar por este tipo de conductas en algún momento, párate un poco, toma distancia y trata de ser objetiva. Criticar o sentir miedo de los demás no te va a ayudar; al contrario, solo va a aumentar tu malestar y el de todos los que te rodean.
Prueba con la meditación
Practicar mindfulness puede ayudarte a mantener la calma en esta situación tan estresante. No te llevará más de 15 minutos al día y puede ayudarte a tomar decisiones más racionales, al centrarte en el momento presente sin que los pensamientos y emociones interfieran en ello.
Benjamín Blasco, CEO de la app de meditación Petit BamBou, advierte que “es importante detenerse para poder analizar la situación y el riesgo real desde la calma, y así tomar las medidas oportunas de prevención ante un potencial contagio, evitando medidas exageradas o equivocadas”.
Este profesional ofrece 5 pautas para reducir el miedo y la ansiedad al coronavirus:
- Regular la respiración.
- Visualizar una imagen positiva.
- Enfocarse en una actividad que te guste y requiera atención para realizarla.
- Recordar lo que sí eres capaz de controlar.
- Meditar y pensar en el momento presente.