A lo mejor te parecen sanísimos o de lo más tradicionales, pero tienen una cara oculta que seguramente no sabías. Así que si quieres desayunos saludables, limítalos a ocasiones especiales.
1. Las barritas de multicereales
Comer cereales en el desayuno es una excelente manera de comenzar el día. Sin embargo, las barritas se suelen fabricar con granos refinados y contienen una elevada cantidad de azúcar. Lee las etiquetas para asegurarte.
- Sustitúyelas. Por copos integrales de avena, centeno, etc., o galletas integrales.
2. Sándwich de pan de centeno o salvado
"¡Pero si es sanísimo!", pensarás, y con razón. Lo es si estás acostumbrada a los alimentos ricos en fibra. Si no, puede hacerte sentir hinchada y molesta durante toda la mañana.
- Solución. Introduce este pan poco a poco, con media rebanada acompañando la comida.
3. Zumo de naranja
Es rico en vitaminas y minerales, pero al exprimir la fruta pierde fibra y resulta poco saciante. Un estudio realizado en EE. UU. ha probado que las mujeres que consumen zumo de frutas aumentan más de peso que las que no lo hacen.
- En su lugar. Consume la naranja sin exprimir o un bol de frutas con yogur.
4. Beicon, jamón, salchichas
Muy "british", pero para hacerlo de tarde en tarde. El abuso de este tipo de carnes procesadas se ha asociado con algunas enfermedades como el cáncer de colon.
- Alternativas. Mini de jamón ibérico, pavo, atún, tortilla, etc. También hay versiones vegetales de estas salchichas a base de tofu.
5. Oferta de cafetería
¿A quién no le atrae un café con leche y un cruasán o una berlina? Es un capricho que puedes darte de vez en cuando, pero no debe ser tu desayuno habitual pues aporta un exceso de grasa, azúcar y calorías.
- Sin renunciar a lo dulce. Pide una tostada con mermelada y acompáñala de un té verde.