No se puede decir que los españoles desayunemos precisamente bien. Según los estudios, el desayuno español aporta un 17% de la energía diaria (frente al 25% recomendado) y es rico en azúcar, grasas saturadas y pobre en fibra y proteínas de calidad. Así que tenemos bastante espacio para mejorar a la hora de hacer desayunos saludables.