¿Se puede comer la corteza del queso? ¡Descúbrelo!

Una pregunta muy habitual es si se puede comer la corteza del queso y la respuesta es que depende. ¿Y de qué depende? Pues en concreto de si es una corteza natural o artificial, y básicamente de la naturaleza de esta corteza.

Si la corteza es natural, depende...

La corteza se forma espontáneamente al irse secando, y su composición es similar a la del interior del queso. Aun así, no todas tienen un buen sabor y, por tanto, no siempre es recomendable comerla.

• Si se trata de un queso tipo brie o un rulo de cabra, por ejemplo, la corteza no solo puede comerse sino que además aporta aromas que de quitarla se perderían.
• La de los quesos azules o los duros muy maduros, en cambio, suele tener un gusto desagradable.

Corteza artificial, mejor que no

Es la más habitual en los quesos industriales y no se forma de manera natural durante la elaboración del queso, sino que se añade después. Suele estar hecha con ceras, parafinas... por lo que es mejor no comerla, aunque no es perjudicial para la salud.

• Suelen ser rojas o negras, muy brillantes y con un aspecto plástico. Es el caso del queso godam o del edam de bola.

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El consejo: Cuidado si no están envasados

Muchos quesos (sobre todo los artesanos) se venden sin envasar, la propia corteza del queso sirve para protegerlos. En ese caso, y aun cuando la corteza sea comestible, es mejor no hacerlo ya que es muy posible que haya estado en contacto con microorganismos que han podido contaminar el queso o que esté sucia.

Y el moho... ¿es malo?

• Tipo roquefort. En estos quesos el moho forma parte del proceso de elaboración y puede comerse sin ningún problema.
• Curado o semi. Es mejor no comer el moho. Pero sí que puedes quitarlo y comer sin problemas el resto del queso.
• Quesos blandos. Si el moho ha hecho acto de presencia es mejor tirar el queso inmediatamente porque puede ser peligroso.