Las vacaciones vienen muy bien para recuperar la salud mental pero muy mal para el pelo. Él suele ser uno de los pocos perjudicados de este merecido descanso de cada verano y es que, lo que nos viene bien a nosotras (baños en el mar y la piscina, relajarnos al sol...) a él le viene de pena y cuando llega septiembre pide a gritos su propio descanso.
Si te has propuesto dárselo, el primer recurso que tienes es pasar por la peluquería. Sí, sobre todo si el daño es importante porque por mucho que nos gustaría, los cosméticos no hacen milagros y a veces la única solución es cortar. Pero es posible que sea recuperable y merece la pena intentarlo con estos trucos porque son muy fáciles de poner en práctica. Y no, ninguno pasa por hacerse remedio casero de consecuencias imprecedibles.