Si ya no sabes qué más hacer con tu pelo para que esté sano, fuerte y brillante, no desesperes. Lo que necesitas es empezar a darle mimos específicos para el tipo de problema que tienes. Para ponértelo más fácil, hemos encontrado el tipo de tratamiento necesario para solucionar los problemas capilares más comunes. Así que una vez hayas identificado qué le ocurre a tu melena, el resto vendrá rodado.
Un champú para cada tipo de pelo
- Pelo muy fino. La culpa la tiene la genética pero también el estrés y la edad, que hacen que el pelo 'adelgace'. Escoge un champú voluminizador y compleméntalo con el uso de un acondicionador de la misma línea. Y sécalo siempre con la cabeza hacia abajo y amasando la raíz para se levante todavía más.
- Pelo frágil. El pelo puede ser frágil aunque sea grueso aunque sea un problema que se asocie más al cabello fino. El calor es uno de tus principales enemigos así que mejor que no te pases con la temperatura del agua al lavarlo y que utiliza un protector térmico cuando te seques el pelo con secador (cuanto más lo dejes secarse al aire mejor). Respecto al champú, busca fórmulas fortificantes.
- Pelo rebelde. Todas luchamos, en mayor o menor medida, contra el encrespamiento. La causa es la deshidratación del cabello así que siempre debes priorizar tratamientos y champús que hidraten mucho el pelo. Evita lavarlo a diario y si no lo tienes excesivamente sucio, da solo una enjabonada.
- Pelo graso. Se debe a un mal funcionamiento de las glándulas sebáceas así que hay que usar un champú que limpie en profundidad y, muy importante, aunque tengas la tentación de hacerlo, no lo laves a diario porque solo conseguirás intensificar el problema. Sustituye uno de los lavados por el uso de un champú en seco.