Seguro alguna vez has pedido a tu peluquera que te haga ese elegante moño francés, con giros, que tanto favorece, o se lo has visto a alguna actriz sobre una alfombra y siempre has querido hacerte uno. Es uno de los moños más demandados para looks de invitada e incluso para novia, y hasta para algún look ejecutivo y formal.
Pero, ¿y si lo desordenamos? Aquí viene lo bueno. Los peinados messy están pegando muy fuerte desde hace un par de temporadas. Coletas y moños bastante sueltos y despeinados, con un punto salvaje pero al mismo tiempo sofisticados y que favorecen un montón. El banana bun, que es el moño del que hoy queremos hablaros, fusiona el moño francés con ese aire informal que no resta elegancia. El resultado nos fascina.
Nos parece un moño muy fácil de hacer y con un resultado increíble. Es ideal para estar en casa sintiéndonos arregladas sin tener que llevar siempre coleta –si queremos llevar el pelo recogido– y variando el tradicional top bun, que es el moñito más universal.
Pero no solo eso, el banana bun es un peinado que, una vez aprendido, podemos lucirlo siempre que nos apetezca, y en casi todo tipo de ocasiones, desde un evento muy formal hasta para ir con un look casual a una comida con amigas. Además es una solución para esos días en los que hay humedad y tu melena tiene vida propia o incluso si queremos alargar el lavado del pelo un día más. Dos horquillas y peinado solucionado.
Foto: Pinterest
Si bien este moño ha existido desde siempre y las posibilidades de hacerlo son inmensas, esta forma de lucirlo bajo y con mechones sueltos hacen que podamos incorporarlo a nuestra rutina diaria y no puede ser más estiloso.
En Youtube hay muchísimos tutoriales para hacerlo en 5 minutos. En este queda clarísimo.
Lo mejor es que es un peinado de lo más resultón que podemos conseguir aunque no tengamos nada de maña y seamos de la que no salimos de las planchas y una coleta de caballo sin complicaciones.
Foto: Pinterest
Además, se puede adaptar a distintos largos y cortes de pelo y si con el paso de las horas se va despeinando pues casi que mejor. ¡Son todo ventajas!