Después de muchos años luchando contra mis rizos (acompañada a todos los lados por las planchas), me he plantado. Hace tanto tiempo que no llevo el pelo al natural que la gente nueva que me conoce se sorprende cuando les cuento que mi pelo es rizado y oscuro (de momento, a las mechas babylights no quiero renunciar) y ni yo misma apenas soy capaz de recordar cómo era mi pelo rizado. En este proceso, y después de leer mucho en los últimos meses sobre cómo recuperar el rizo, he llegado a la conclusión de que quiero volver a lo que era: a mi melena ondulada, a dejarla secar al aire sin depender de planchas, cepillo, secador y keratina.
De todos los productos que usaba en el pasado, además de las mascarillas para pelo seco y teñido, hay un producto en el que siempre confío para mantener mis rizos a raya: los geles para pelo rizado. Desde aquí, si quien los inventó me está leyendo, solo puedo darle las gracias. Hay días que, aunque apenas se aprecie la humedad en el ambiente, mi pelo la detecta rápido y no tener el rizo definido me incomoda.
Eso sí, como no todos los geles para pelo rizado son iguales, he seleccionado los que, para mí, mejor funcionan, dejan el pelo suave, sin apelmazar y sin ese efecto crujiente que tanto detesto. ¡Que lo único que crujan sean las patatas fritas que nos tomamos con la cerveza en el chiringuito y el pan de las tostadas de por la mañana!