A todas nos ha pasado alguna vez. Y es que acertar con la base de maquillaje no siempre es fácil. A problemas típicos como ponerse demasiada o no elegir el tono adecuado se le suman otros, como aplicarla con el utensilio que no corresponde o no preparar la piel correctamente. Como no queremos que nos vuelva a pasar (ni a nosotras ni a ti), hemos elaborado una guía con todos esos gestos que no hay que hacer más.
Errores con la base que no favorecen nada
- El tono equivocado. Puede que sea el problema más común de todos, pero también es el que tiene más fácil solución. Para acertar con la base de maquillaje hay queprobar la base en el interior del antebrazo, no en el dorso de la mano como hacemos todas. De esta manera tendremos una referencia clara del tono real de nuestro rostro.
- Ponerse mucha o quedarse corta. Para evitar estos dos males es mejor ir aplicando el producto poco a poco e ir observando cómo reacciona la piel y que aspecto va teniendo. La base debe embellecer el rostro unificando su tono de manera que quede lo más natural posible.
- No preparar la piel. Hay que exfoliar el rostro una vez a la semana para dejarlo completamente limpio y eliminar todos esos pellejitos que a veces salen y quedan tan feos cuando te maquillas. También es importante utilizar crema hidratante antes de la base y aplicar un primer si queremos que el maquillaje aguante intacto todo el día. Los correctores de poros también son importantes si se te marcan mucho. No los cerrarán (porque eso es imposible), pero sí que los camuflan.
- Usar mal las herramientas. Las brochas y las esponjas están para facilitarnos la vida, no para complicarla más todavía. Respecto a las primeras, no te líes, la que se usa para la base de maquillaje es la plana y normalmente está biselada. ¿Que prefieres las esponjas? Nada de arrastrar ni frotar. Hay que dar toquecitos suaves para que el producto se funda con la piel.
Por Sonia Murillo