La grasa localizada es un conjunto de adipocitos y toxinas que nuestro cuerpo acumula en vientre o cartucheras y que nosotras traducimos como “zonas difíciles”. Es esa tripita que, aunque cuidemos nuestra alimentación e incluso nos pongamos a dieta, sigue resistiéndose a desaparecer. Lo cierto es que son lugares donde la grasa se almacena y es más difícil de eliminar, pero no por ello imposible. Solo tenemos que revisar algunas costumbres y modificar un poco nuestros hábitos diarios para que poco a poco podamos romper con esos nódulos de grasa que han estado incordiándonos durante tanto tiempo.
¿Cómo eliminar la grasa localizada?
Deshacerse de la grasa localizada no es una cuestión que podamos solucionar de una semana a otra (¡ojalá!). Además de estar ahí debido a la práctica de ciertos hábitos diarios, hay un factor genético que también contribuye a su acumulación. Trata de aplicar los consejos que te damos poco a poco y sin que te suponga un estrés o sufrimiento innecesario. Recuerda que se trata de sentirse mejor con una misma y de llevar un estilo de vida más saludable, así que nada de mirarse cada día al espejo para comprobar si estamos más o menos hinchadas. Eso solo te traerá un sentimiento de frustración que hará que tires la toalla, así que ¡arriba esos ánimos!
Complementa con otros tratamientos
Cuando ya llevamos unos años con grupos de adipocitos acumulados en nuestro vientre o caderas puede que necesitemos una ayuda externa que actúe contra la grasa localizada. Además de las cremas reductoras y anticelulíticas, existen multitud de tratamientos personalizados en cabina que pueden ayudarnos a eliminar esa grasa y toxinas indeseadas. La cavitación, la endermología (LPG®) o los sistemas de radiofrecuencia dan resultados muy buenos cuando hablamos de grasa localizada. Si sumado a esto tenemos un problema de retención de líquidos, los masajes drenantes y las envolturas de algas contribuirán a una mejora de la microcirculación y, por tanto, a una mejor eliminación de toxinas del organismo.