Cuando el termómetro se dispara, es normal notar las piernas más cansadas de lo habitual. Llega un día en que la fatiga en las piernas se convierte en desagradable pesadez, a menudo acompañada de hinchazón. Se trata de los primeros signos de una insuficiencia venosa (mala circulación) que puede ir evolucionando a lo largo de la vida y que puede dar lugar a las molestas y antiestéticas varices.
Una cuestión de salud
Puede que tener las piernas hinchadas no te guste estéticamente, pero es que, además, puede traerte problemas de salud. A la hinchazón y las varices se le pueden sumar otros trastornos como pesadez, dolor al caminar, calambres, hormigueo... Todo ello se debe a un problema de fondo: la mala circulación.
A qué llamamos mala circulación
Nuestro corazón es como un motor que envía la sangre hasta los pies. El camino de bajada es muy fácil. El problema es cuando toca hacer subir la sangre otra vez hasta el corazón. El corazón se esfuerza en “aspirar” esa sangre que asciende, pero hace falta también que la vena esté en buenas condiciones. Si no es así, las venas se dilatan debido a que hay un reflujo de sangre que no puede subir adecuadamente y se estanca, por eso notamos pesadez en las piernas. También puede suceder que los pies, los tobillos o incluso las pantorrillas se hinchen debido a la acumulación de líquido.
Cómo cuidar tus piernas en verano
El calor agrava los síntomas de la mala circulación, ya que actúa como vasodilatador y hace que se te acumule más sangre en los tobillos. Pero puedes hacer mucho para aliviar los síntomas de la mala circulación, e incluso puedes convertir el verano en el aliado de tus piernas. Toma nota:
- Más vitamina D. Toma el sol a primera hora del día, porque sus rayos ayudan a sintetizar la vitamina D, que ayuda a estimular la circulación.
- El agua te da un masaje. Andar dentro del agua –ya sea del mar o de la piscina– intensifica el ejercicio que hacemos y, además, el agua proporciona un suave masaje que también favorece el retorno venoso.
- Busca una buena sombra. Para que los rayos del sol no den directamente sobre tus piernas. Mejor sitúate a la sombra de un árbol o bajo el parasol de la playa o de la terraza, y evita las horas centrales del día, cuando el calor es más intenso.
- Ponte en remojo. Hazlo con frecuencia si estás en la playa o la piscina, para refrescar las piernas. En cuanto las notes calientes, al agua. Y si estás en otro lugar, rocíalas con un spray de agua termal.
- Viaja sin pasar calor. Asegúrate de que el climatizador del coche esté en la posición que indica que el aire circula por las piernas. Si vas a viajar en avión, lleva ropa holgada, zapatos anchos y, si el médico lo recomienda, medias de compresión.
- Atención a la depilación. Si bien es cierto que aplicar calor sobre las piernas dilata las venas y empeora la circulación, no es cierto que no puedas depilarte con cera caliente, ya que es duradera y, al realizarse puntualmente, no tiene porqué suponer un problema. Es lo que sostiene el doctor Roche, especialista en Cirugía Vascular y Angiología y director de la Clínica Vascular Barcelona. Sin embargo, puedes recurrir a otros métodos menos controvertidos, como el hilo, la cuchilla o la depiladora eléctrica, mejor que la cera caliente.
- Tejidos más frescos. El algodón, el lino, la seda o la viscosa son las telas más ligeras para la ropa de verano.
- Bebe mucho líquido, mejor si es agua, y no esperes a tener sed. ¿Te cuesta beber agua? Toma nota de nuestros súper consejos.
Cómo reducir el hormigueo en las piernas
Cuando se interrumpe la circulación de la sangre y luego esta se “reactiva” es cuando sentimos una sensación de hormigueo. Para reducirlo, hazte un masaje desde los tobillos hacia arriba con una crema hidratante untuosa. Esta textura tarda más en absorberse, por eso deberás hacer más “pasadas” y tonificarás mejor la zona.
Cómo evitar los calambres en las piernas
Si sufres calambres sin haber hecho ejercicio, es debido a la mala circulación y ocurre porque los músculos no reciben suficiente sangre. Para evitarlos es indispensable no pasar muchas horas de pie o sentada. Si por tu trabajo no puedes evitar estas posturas, procura realizar ciertos movimientos cada hora para activar la circulación: rotaciones de tobillo hacia un lado y hacia el otro, estirar y doblar la pierna…
Utiliza medias de compresión elásticas para facilitar un correcto retorno venoso