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Todas sabemos que perder unos kilos no es tan sencillo como incluir una lista de alimentos concretos a nuestra dieta diaria. Nuestro peso saludable no llegará a nosotras como por arte de magia. No nos queda más remedio que combinar dieta equilibrada, ejercicio y sentido común para alcanzar nuestro objetivo. Sin embargo, sí existen algunos alimentos que pueden allanarnos el camino hacia nuestra meta.
“Expresiones tan utilizadas como ‘estos alimentos engordan’ o ‘estos alimentan adelgazan’ no son correctas ni adecuadas. Lo que realmente hace que una persona engorde o adelgace es su patrón de alimentación. Si toma más energía de la que gasta, engordará. Si, por el contrario, come menos calorías de las que consume, adelgazará”, apunta la Dra. María Ruy Portillo Baquedano, Catedrática de Nutrición en la Universidad del País Vasco, miembro de CIBEROBN del Instituto de Salud Carlos III y Presidenta de la Sociedad Española de Nutrición.
No obstante, la experta puntualiza que “hay determinados alimentos que son menos energéticos que otros y, por tanto, incluirlos en las dieta nos puede ayudar a controlar la cantidad de energía que tomamos. Este es el caso de las frutas, las verduras y hortalizas, el pescado blanco, el pollo y el pavo sin piel y los huevos, por ejemplo. Esto no significa que se deba prescindir de otros alimentos más energéticos, como los cereales, las legumbres, el pescado azul o el propio aceite de oliva”.
Alimentos que nos ayudan a perder peso
No hay ningún alimento que adelgace por sí solo, pero numerosos expertos sostienen que, dentro del contexto de una dieta sana y equilibradas, podemos encontrar alimentos menos energéticos que pueden favorecer la pérdida de peso. Los hemos clasificado en dos grupos:
- Los alimentos saciantes. Alimentos con mucha fibra, como las frutas, las verduras, las legumbres, los frutos secos... Te haces sentir más llena, mejora tu tránsito intestinal y reducen la absorción de azúcares.
- Alimentos termogénicos. Desencadenan una reacción de calor en el cuerpo y aumentan el metabolismo basal durante la digestión, favoreciendo la pérdida de peso. Dentro de este grupo nos encontramos con el café, el té, los huevos, determinadas especias, el aceite de oliva, los lácteos y los mariscos, entre otros.
La importancia de los productos de temporada
Puestos a incluir alimentos saciantes y termogénicos a la dieta, lo mejor es que sean de temporada (aunque no nos podemos olvidar de los básicos como las legumbres, el aceite de oliva o el yogur). Es la forma más inteligente de comer de forma sana y ligera. La naturaleza es sabia y cada estación nos provee de productos que necesitamos. El otoño y el invierno nos proporcionan una selección deliciosa de verduras (calabaza, berenjenas, zanahorias, acelgas, espinacas, brócoli…), perfecta para preparar caldos, cremas y todo tipo de platos con efectos depurativos y recursos para afrontar el frío. Por su parte, las frutas que más predominan en este momento del año son las cítricas, con más contenido en vitamina C, tan recomendable para afrontar mejor los catarros y los enfriamientos.
Estos productos de invierno enriquecerán tus platos y, además, te ayudarán a adelgazar.