¿Qué es un sérum facial y para qué sirve?
Un sérum es un cosmético en forma de emulsión que contiene una gran concentración de ingredientes activos. Tiene una textura ligera que favorece la rápida absorción, lo que facilita la penetración profunda de los activos en la piel.
El sérum no sustituye a la crema hidratante, sino que es un paso previo que complementa y refuerza la acción de esta, ya sea solo hidratante o bien contenga también algún tipo de tratamiento.
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¿Qué hacen los sérums en la cara?
La principal virtud del sérum es que, gracias a su fórmula con alta concentración de ingredientes, los resultados son más rápidos y visibles que con cualquier otro cosmético (de ahí el precio de muchos de ellos). Además, el sérum permite potenciar los resultados de la crema hidratante o antiedad que usemos a continuación, dando un mejor resultado global.
¿Cuándo se aplica el sérum en el rostro?
A priori, el sérum se puede usar de día y de noche, o tan solo en uno de los dos rituales, dependiendo de nuestras preferencias, el tiempo que tengamos o los efectos que busquemos. Eso sí, debemos tener en cuenta que hay ingredientes que pueden limitar el uso de este cosmético.
Por ejemplo, el retinol (vitamina A), uno de los ingredientes estrella del momento en cuestión de antienvejecimiento, es fotosensible, que no fotosensibilizante. Esto implica que, aunque no genere ninguna reacción negativa directamente sobre la piel, pierde su eficacia en cuanto le dan los rayos solares. Además, por su acción exfoliante podría dejar la piel más debil frente a las radiaciones solares. En este caso, el ritual debería ser el siguiente: usar el sérum con retinol solo por la noche con la crema hidratante o antiedad a continuación; a la mañana siguiente lavarse bien la cara y tras el sérum y/o crema matutinos aplicar un fotoprotector solar FPS50.
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¿Qué se pone primero el sérum o la crema hidratante?
Si nos referimos al lugar que debe ocupar el sérum en la rutina de cuidado facial, este será siempre después de limpiar el cutis y antes de la crema hidratante (o el contorno de ojos, si lo aplicamos antes que la crema). Así que podemos aplicar el sérum tras la limpieza facial, hayamos llevado maquillaje o no.
Recuerda que el objetivo es retirar siempre primero los restos de suciedad, sebo e impurezas del rostro para favorecer una correcta penetración de los activos del sérum y, con esto, obtener unos mejores resultados.
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¿Cómo elegir un buen sérum?
Si bien lo más recomendable es ponernos en manos de nuestro dermatólogo para saber qué sérum usar o qué tipo es el más adecuado para las necesidades de nuestra piel, podemos seguir una serie de criterios para elegir un buen sérum:
- El primero debe ser nuestro tipo de piel. Así, aunque encontraremos numerosas fórmulas aptas para todo tipo de pieles, hay algunas específicas para necesidades concretas: pieles grasas, pieles sensibles, pieles maduras, etc.
- Por otra parte, debemos fijarnos en la función del sérum: antimanchas, antiarrugas, hidratante, exfoliante, iluminador, para el acné, etc.
- Aparte del tipo de sérum, dentro de una misma categoría es posible encontrar fórmulas que contienen el mismo ingrediente con precios muy dispares. Esto puede deberse a motivos como la concentración y la pureza del activo (cuanto mayor, más efectivo y caro).
- En muchas ocsiones, el diseño del envase o el formato también influyen en la calidad del sérum, así como en el precio final. Y es que hay ingredientes como la vitamina C o el retinol que pierden efectividad en contacto con el aire y la luz, por lo que deben preservarse en envases opacos y de pequeño tamaño o bien con dosificadores aislados en el propio envase.
- También suman a la hora de elegir las combinaciones ganadoras de ingredientes. Es decir, que la fórmula incluya otros ingredientes que favorezcan las sinergias con el activo principal para aumentar su efectividad. Así, la vitamina C se aprovecha mejor en combinación con vitamina E, por ejemplo.
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Tipos de sérums faciales
Aunque popularmente se asocia, sobre todo, al cuidado antiedad, igual que ocurre con las hidratantes o las limpiadoras, hay distintos tipos de sérums en función de sus ingredientes, del tipo de piel que se vaya a tratar o de la acción que se busque sobre la piel.
Los sérums de vitamina C (también llamada ácido ascórbico) se benefician de efectos muy variados sobre la piel. Por un lado es un activo con efectos antioxidante y eficaz en el tratamiento y la prevención del envejecimiento cutáneo. De hecho, el ácido ascórbico interviene en la síntesis de colágeno y elastina, por lo que resulta efectivo en la prevención y tratamiento de las arrugas superficiales. También funciona como protector de la piel ante los radicales libres y el estrés oxidativo, y tiene una acción iluminadora, además de ayudar a unificar el tono.
El retinol es eficaz contra las manchas, las marcas de acné y el envejecimiento cutáneo, por eso se ha convertido en el ingrediente antiaging más famoso. Puesto que es fotosensible (pierde eficacia ante la luz del sol), se recomienda el uso de este tipo de sérums por la noche, en combinación con un protector solar por el día.
Se recomienda incorporar el retinol de manera progresiva a la rutina facial para favorecer la tolerancia por parte de la piel. Es normal que cause algún tipo de irritación, como rojeces, al principio, debido a su acción exfoliante.
Sérums de ácido hialurónico
El ácido hialurónico está presente en nuestra piel de forma natural y es un activo capaz de retener hasta mil veces su peso en agua. De ahí que su función principal sea la de hidratar la piel. Además, tiene un ligero efecto relleno, por lo que su presencia en cosméticos antiarrugas es habitual. Lo interesante cuando hablamos de sérums con ácido hialurónico es que se trate de fórmulas con varios pesos moleculares para que penetren en la piel profundamente y tengan mejor efecto.
Sérums para pieles mixtas
La gran preocupación de las mujeres con pieles mixtas y problemas de acné es la textura y la formulación de los sérums. Por eso tratan de buscar texturas no grasas, con ingredientes no comedogénicos y activos que permitan corregir y prevenir las imperfecciones. En este caso, son interesantes las fórmulas queratolíticas (acción exfoliante), los ingredientes antibacterianos, los seborreguladores (como el ácido salicílico o el retinol), los antiinflamatorios (niacinamida), a ser posible, con acabados matificantes.
Las personas con manchas en el cutis suelen buscar cosméticos que les permitan atenuar y prevenir su aparición. Los sérum antimanchas suelen ser un cosmético eficaz para este objetivo, con fórmulas despigmentantes y que controlan la síntesis de melanina. Incluyen ingredientes como el ácido azelaico, la vitamina C, el ácido retinoico y el retinol.
A continuación te presentamos una selección de sérums en función de sus ingredientes o sus funciones, con opciones para todos los gustos y bolsillos.