Mi experiencia pasados los 50 y teniendo la piel sensible
Soy Carme, la redactora jefe de CLARA. Si tienes la piel sensible y reactiva como la mía, seguro que no estás para recomendaciones. De hecho, aunque en CLARA tengo la oportunidad de probar muchas cremas, suelo ser muy reticente a cambiar de producto porque sé lo fácil que es tener un brote alérgico.
Cuando digo que tengo miedo a probar cremas nuevas no significa que la nueva crema sea “mala”, sino que a mi piel no le sienta bien su formulación, pero puede ser perfecta para otra persona. De hecho, para mí, a veces es frustrante, porque hay marcas cuyos productos corporales me van muy bien y hacen que mi piel se sienta confortable durante todo el día y, sin embargo, no tolero sus cremas faciales. ¿De qué me fío entonces? Y más cuando tengo comprobado que aunque diga que está formulada para pieles sensibles, es no comedogénica y ha sido probada por dermatólogos no significa que a mí me vaya a ir bien. Está claro por qué no quiero experimentar demasiado…
Pero hace poco que pasé la frontera de los 50 y tuve que cambiar sí o sí de crema porque empezaba a notar que las que estaba usando y que me habían ido bien durante mucho tiempo, ahora se me quedaban “cortas”. Notaba mi piel más deshidratada, más opaca, menos jugosa… Después de algún fracaso o de cremas que me han encantado pero cuyo precio se escapa de mi presupuesto, he dado con unas cremas que me encantan y me van muy bien y a las que de momento les estoy siendo muy muy fiel y lo voy a compartir contigo, pero… como lo que me va bien a mí no tiene por qué irte bien a ti, si puedes, mi consejo es que te acerques a tu perfumería y que te den una muestra para probar la crema antes de comprarla (a ver, que van bien, pero no las regalan…).
1 / 10