Se acerca el verano y las estanterías de perfumerías y supermercados se llenan de protectores solares con muy diferentes formatos y características. La oferta es inmensa y, en ocasiones, abrumadora. Por eso, elegir el protector adecuado puede dar más de un dolor de cabeza.
¿Necesito uno específico para la cara? ¿Qué características debo buscar en la etiqueta? ¿Qué FPS es ideal para el cutis? Por fin, todas las respuestas que estabas buscando para broncear tu rostro sin riesgos ni quebraderos de cabeza.
¿Cuál es el mejor protector solar para la cara?
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Dependerá siempre del tipo de piel. Los protectores solares faciales con filtro físico (“pantalla solar”), aunque son muy eficaces para proteger la piel de la radiación ultravioleta, pueden tener efectos oclusivos, por lo que no están recomendados para pieles grasas o con tendencia acneica o problemas de rosácea. En su lugar, este tipo de pieles requieren protectores solares no comedogénicos, por lo que serán más adecuados los filtros químicos.
En la práctica, para diferenciar cada tipo de protector solar facial, cabe señalar que el de filtro físico suele dejar una capa blanquecina en la piel (como la de los protectores de sol para niños), que a veces incluye un toque de color para obtener un acabado efecto maquillaje más estético. Por su parte, las hidratantes que contienen protector solar suelen contar con un filtro químico, por lo que no dejan ese rastro blanco en la piel.
Por otra parte, las texturas y fórmulas de los protectores solares han evolucionado mucho en los últimos años, de forma que es posible encontrar factores de protección altos en formatos novedosos como aerosoles o aceites secos.
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¿Qué diferencia hay entre protector solar y protector facial?
Aunque en esencia la función es la misma, las fórmulas suelen ser diferentes en cuanto a cosmeticidad. Así, mientras las del rostro pueden ser más hidratantes, no comedogénicas (libres de aceites) o estar pigmentadas, las de los protectores solares para el cuerpo pueden presentarse en texturas más untuosas, refrescantes o con formatos de fácil aplicación.
Asimismo, las fórmulas que se indican para el rostro suelen ser hipoalergénicas y con alta tolerancia oftalmológica por motivos de compatibilidad a la hora de aplicarlos en la cara. Y no debemos olvidar que el factor de protección en el rostro ha de ser más alto que en el resto del cuerpo, puesto que la exposición es mayor a lo largo del día.
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¿Qué factor solar usar para el rostro?
Las siglas FPS o SPF en la etiqueta de un cosmético indican que su fórmula contiene “factor de protección solar” (o sun protection factor, en inglés). En concreto, se refieren a la protección que nos ofrece el producto frente a la radiación ultravioleta B, responsable de las quemaduras solares, de forma que indica el número de veces que el protector solar aumenta la capacidad de defensa natural de nuestra piel.
Para garantizar una correcta protección de la piel del cutis (y prevenir tanto quemaduras, como manchas y arrugas), la doctora Combalia nos recomienda elegir un factor alto como FPS 30 o 50. Asimismo, aconseja elegir fórmulas waterproof que resisten los chapuzones y nos protegen también dentro del agua (¡la radiación la atraviesa!)
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¿Qué beneficios tiene usar protector solar facial?
Entre los beneficios que obtenemos al aplicar protector solar en el rostro, además de evitar las quemaduras solares, cabe recordar que:
- Evitamos el fotoenvejecimiento: retrasamos el envejecimiento del cutis como consecuencia directa del impacto de los rayos UVA.
- Mantenemos la piel hidratada evitando que se reseque y sufra.
- Prevenimos la aparición de manchas en el rostro que tanto cuesta eliminar.
- Obtenemos un bronceado uniforme y duradero: al evitar las quemaduras, evitamos que la piel se pele.
- Prevenimos el cáncer de piel en el rostro al bloquear los rayos UVB.
Las fórmulas de los protectores solares también suelen incluir antioxidantes para prevenir y reparar el daño oxidativo de las radiaciones solares sobre nuestras células.
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