La rutina facial diaria es fundamental para mantener nuestra piel joven y sana. Pero aparte de la imprescindible limpieza, la hidratación y la protección por la mañana, y de las cremas reparadoras nocturnas, conviene reforzar su cuidado si estás rondando los 40 o tienes alguno más. Las mascarillas faciales te darán el plus que necesitas... Y, además, puedes hacerlas protagonistas de un ritual relajante y placentero. ¿Preparada?
¿Qué efectos tiene la mascarilla facial?
Una buena mascarilla facial tiene muchísimos efectos positivos en nuestra piel. Porque, gracias a su potente formulación, está cargada de principios activos que hacen diana donde más lo necesita tu piel.
Las mascarillas son muy beneficiosas a cualquier edad, pero a partir de los 40 hay condicionantes que las convierten en un aliado perfecto. Aparte de los signos del paso del tiempo, ayudan a contrarrestar la aparición de más arrugas, rojeces o sequedad por culpa, por ejemplo, del estrés o los cambios hormonales.
Además, no solo actúan de forma instantánea con efecto visible a nivel superficial, sino que si las usas una o dos veces a la semana –la frecuencia recomendada– también intervienen en las capas más profundas y se notan beneficios en el rostro a largo plazo. La gran mayoría proporciona un gran confort en la piel, por lo que puedes convertir el instante de su aplicación en tus 15 o 20 minutos de relajación.
¿Cuáles son las mejores mascarillas para el rostro?
No hay una mejor o peor mascarilla, depende de qué tipo de piel tengas y cuales son tus necesidades. Pero, para que lo tengas más fácil, a continuación te damos un pequeño resumen:
- ¿Sientes tu piel tirante y seca? Necesitas una mascarilla hidratante que sea rica en ingredientes como el ácido hialurónico, manteca de karité, aloe vera, urea o aguacate, que ayudan a retener el agua.
- ¿Sueles tener granitos? Si tu piel es grasa o con tendencia acneica los mejores ingredientes para mantener las imperfecciones a raya y matificar la piel son el ácido salicílico, el ácido glicólico, el carbón activado y la arcilla. Tienen acción détox y purifican la piel.
- ¿Se te marcan más las arrugas? Busca mascarillas ricas en antioxidantes, como la granada, el té verde o el aceite de oliva. Una de las más eficaces es la mascarilla de vitamina C, porque ayuda a estimular la producción de colágeno. Por otro lado, el resveratrol y el ácido ferúlico son ideales a la hora de proteger la piel de la radiación solar o la contaminación, agentes externos que favorecen la aparición de arrugas.
- ¿Muy sensible y con rojeces? La niacinamida es el ingrediente estrella porque reduce la irritación y mejora el tono de la piel.
¿Qué tipos de mascarillas faciales existen?
Existen diferentes formatos, por lo que podrás escoger la que mejor se adapte a ti:
- En crema. Son densas, con una textura enriquecida, y se incluyen en la fórmula ingredientes que conducen los principios activos hasta el interior de la piel. Las tipo barro o arcilla son sobre todo para las pieles más grasas.
- En tissue o sheet. Al tapar el rostro, su acción oclusiva retiene la humedad de la piel y facilita que los activos concentrados lleguen a las capas más profundas.
- Monodosis. Ya sea incluyendo solo la crema en el interior del envase o el tejido impregnado con los principios activos, es uno de los formatos que más triunfa porque permite adquirir varias mascarillas a un módico precio e ir alternándolas en función de lo que necesita la piel en cada momento.
- En stick. Las mascarillas en barra son las últimas en llegar al mercado. Su principal ventaja es que son más fáciles de dosificar (no desperdicias nada de producto) y no se necesita una brocha o mancharte las manos a la hora de usarla.
Cómo aplicar una mascarilla facial paso a paso
Aplicar una mascarilla facial es muy fácil, pero tenemos que asegurarnos que lo hacemos correctamente para que nos haga el máximo efecto posible.
- Limpia a fondo la piel. Así garantizas que los ingredientes de la mascarilla se absorban bien.
- Aplica de forma generosa. Si es en crema, usa una espátula o una brocha para que llegue bien a todos los rincones. Evita el área de los ojos y de la boca. También puedes aplicarla solo en zonas especiales de la cara. Por ejemplo, si es purificante, en la zona T (frente, nariz y barbilla); o si es calmante, en mejillas o donde haya rojeces.
- Déjala actuar. Y aprovecha para relajarte. Suelen ser 15-20 min, pero las hay de solo 10 min o las que puedes llevar durante horas, como las nocturnas. Lee bien el envase.
Sigue leyendo, porque te traemos una selección de las mejores mascarillas faciales para que le des un mimo a tu piel.