¿Tu piel no está perfecta? Quizás estés haciendo algo mal...
Sabemos que una buena rutina de limpieza facial es básica para presumir de un rostro y una piel reluciente, joven y fresca, pero a veces no terminamos de conseguirlo. ¿Por qué? Puede ser que estés limpiando demasiado tu piel o, por el contrario, no lo hagas lo suficiente. Quizás el producto que utilizas no le vaya bien a tu piel o tus hábitos diarios no terminan de favorecer su salud.
Para que a partir de ahora puedas lucir un rostro impoluto, hemos seleccionado los 15 errores más comunes a la hora de limpiarnos la cara. Puede que creas que tu rutina es perfecta, pero después de ver los "fallos beauty" que tenemos en la galería, a lo mejor descubres que hay algo que no terminas de hacer bien y por eso tu piel no está tan perfecta como quisieras.
¿Cuántas veces limpias tu piel al día?
Es importante que limpies la piel de tu rostro por la mañana y por la noche. Y es que por la mañana retiras los restos de producto de la noche anterior, "despiertas" tu piel, aumentas la circulación, elimipas células muertas y preparas tu piel para tu crema de día. Mientras que por la noche eliminas la suciedad acumulada del día y los restos de maquillaje y productos que hayas aplicado.
Tras leer esto no creas que cuantas más veces limpies la piel de tu cara, mejor, porque no es así. Por ejemplo, en nada beneficia una doble limpieza. Cuantos más productos apliques a tu piel para limpiarla, más alterarás la función de barrera natural de la piel y más sensible estará.
Recuerda que si la limpias en exceso, eliminarás el manto protector de la piel y se deshidratará. Y si la limpias menos, se taponarán los poros.
Cuidado con el agua
La temperatura del agua es clave. En lugar de optar por agua caliente, elige agua templada. Así evitarás sequedad, irritación y enrojecimieto de la piel. Si esto ya lo tienes en cuenta a la hora de lavar tu pelo sin estropearlo, ¿por qué no aplicar lo mismo a tu piel?
No frotes demasiado la piel
Evita frotar tu piel con demasiada fuerza si no quieres que se irrite. Cuando exfoliamos la piel, es normal aplicar un poco de presión (suave), pero si hablamos de la limpieza diaria, debemos hacerlo con cuidado si no queremos provocar rojeces o favorecer el exceso de grasa. Aplica esto mismo al momento de secarte la cara tras la limpieza, hazlo con suaves toquecitos y sin frotar.
Y pon atención a tus manos...
Sí, sí, como lees. Aunque estemos hablando de tu cara, es súper importante que antes laves bien tus manos. De esta manera, evitarás traspasar suciedad y bacterias acumuladas a lo largo del día en las manos a la piel del rostro. Te esfuerzas en presumir de una piel perfecta y quizás eres tú misma la que estás saboteándola.