Las largas jornadas de playa y piscina, unidas al relax en nuestra rutina de belleza, pasan factura a nuestra piel. Llegó el momento de darle esos cuidados que tanto necesita, empezando por una limpieza en profundidad. La puedes hacer tú misma en casa con productos específicos, que son una auténtica experiencia sensorial, y que dejarán tu rostro listo para absorber los ingredientes activos y reparadores de nuestros productos de cuidado facial.
- Empieza por realizarte la doble limpieza. Muchas opinan que porque en verano se usa menos maquillaje no es necesaria, pero con el uso de cremas de protección solar, que son bastante espesas para resistir en nuestra piel a pesar del agua y el sudor, los poros están igualmente obturados. Elige primero un aceite o bálsamo, para disolver cualquier resto graso de la piel, y aplícalo con los dedos por todo el rostro. Enjuágalo con abundante agua. La mayoría de productos se transforman en una emulsión lechosa que arrastra toda la suciedad. A continuación utiliza una limpiadora de base acuosa para eliminar cualquier resto que haya podido quedar.
- Exfoliación. Ahora que tienes la piel limpia es el momento de recurrir a la artillería pesada y retirar células muertas y puntos negros de nuestra piel. Verás que lejos de perder el tono bronceado con la exfoliación, conseguirás que este recupere su luminosidad y tono uniforme. A medida que cumplimos años, la renovación de la piel se ralentiza y la producción de colágeno también, así que nos va bien ayudar al proceso de renovación. Hay muchos tipos de exfoliantes, desde los mecánicos hasta los químicos. Busca el que notes que hace efecto en tu piel sin llegar a la irritación. Tenemos la sensación que los de tipo arrastre físico son menos agresivos que los químicos, pero en realidad estos últimos pueden ser mucho más suaves, dependerá de la concentraciones de ácidos, que en los de uso doméstico no suelen ser tan altas como para irritar la piel. Cualquier producto de tu rutina de limpieza que te cause alguna molestia como irritación, sequedad o tirantez no está hecho para ti. Estas sensaciones no son sinónimo de que el producto actúa, si no de que no es el adecuado para tu piel.
- Mascarilla. Es el último paso en esta limpieza, pero no por ello menos importante. Dejar una mascarilla purificante unos minutos sobre la piel hace que los principios activos trabajen todavía mas profundamente. Permítete un momento de relax con tu mascarilla aplicada y nota esa sensación en la piel de renovación y limpieza.
- Productos multitasking. Son auténticas joyas de la cosmética que realizan varias funciones a la vez, lo que es ideal para las que siempre vamos con prisas. Además si a eso añades las experiencias sensoriales que aportan, como efecto calor, aromaterapia o burbujas oxigenantes, conseguirán hacerte sentir en un spa de lujo.