Las pieles atópicas necesitan muchos más mimos que las que no lo son, porque son pieles que sufren tirantez, picores, descamación, enrojecimiento... pero, según la doctora Andrea Combalia, dermatóloga del Hospital Clínic de Barcelona y autora del libro Piel sana In Corpore Sano, lo primero que hay que tener en cuenta es que no hay que confundir un eccema puntual con la dermatitis atópica.
¿Qué es la dermatitis atópica?
Es una enfermedad inflamatoria de la piel que se caracteriza clínicamente por una sequedad extrema, con una gran tendencia a desarrollar picores e irritaciones, entre ellas eccemas. Esto sucede porque esas personas tienen una barrera cutánea ligeramente alterada. Esta enfermedad tiene diferentes fases a lo largo de la vida y se puede diferenciar entre la dermatitis atópica de los lactantes, de los niños y de los adultos. Suele predominar en la edad infantil y adolescente, pero también hay personas mayores que la padecen. Se considera que un 10% de la población la sufre.
¿Es contagiosa la dermatitis atópica?
Mucha gente lo cree así, pero no lo es. Es un trastorno muy molesto, porque afecta a la calidad de vida de quien la sufre. Además de los desagradables picores, las lesiones son visibles (en manos, cara u otras partes del cuerpo) y afecta a la imagen personal, acabando por pasar factura en la autoestima de las personas que la padecen. Esta incomodidad, precisamente, genera en muchas ocasiones estrés, que hace que, a su vez, empeore la dermatitis con nuevos brotes. Las partes del cuerpo afectadas varían según la edad o las circunstancias de la persona afectada.
¿Por qué aparece la dermatitis atópica?
Es una enfermedad multifactorial, con un alto componente hereditario e influenciado por factores como el estrés, el polvo, la contaminación, cambios climáticos, cosmética agresiva... Todos esos factores, al estar debilitado el manto protector de la piel y volverse más permeable, hace que se vayan produciendo brotes e irritaciones. Incluso el contacto con el agua o con determinadas fibras de la ropa pueden alterar la piel. Se recomienda evitar la lana y fibras sintéticas, la mejor opción son las prendas de algodón.
¿Cuál es el tratamiento de la dermatitis atópica?
En casos extremos puede requerir medicación (tópica o oral), algo que debe determinar siempre el dermatólogo. Pero suele evolucionar favorablemente con el uso de cremas muy hidratantes y emolientes (calmantes). Entre los ingredientes más adecuados para tratar la dermatitis atópica están la vaselina, las ceramidas, la manteca de karité, la niacinamida, aceites vegetales y aguas termales.
¿Cómo puede mejorar la dermatitis atópica?
Siguiendo unas pautas muy concretas de higiene e hidratación.
- Las pieles con dermatitis atópica son muy sensibles a determinados geles. Por lo que lo mejor es escogerlos con un pH lo más parecido al de la piel (5,5) y que no tengan jabón (syndet), porque puede irritar más la piel y generar nuevos brotes. Lo más recomendable es que sean duchas o baños cortos con agua tibia (porque demasiado tiempo bajo el agua caliente contribuye a la deshidratación de la piel).
- Después de la ducha, hay que evitar secar la piel frotando demasiado fuerte con la toalla. Un dato muy importante es que en el caso de las personas con dermatitis atópica el producto hidratante esté libre de fragancias (suelen causar irritaciones) y que se aplique cuando la piel está ligeramente humedecida (esto aumenta la hidratación). Siempre va bien que estos productos tengan ingredientes emolientes y algo más de grasa para proporcionarle a estas pieles los lípidos e hidratación que les falta.
- Es recomendable aplicar las cremas hidratantes dos veces al día, por la mañana y por la noche, no solo después del baño Así se mejorará la barrera cutánea de la piel y la protegerá de agresiones externas.
¿Quieres saber qué cremas son las más recomendadas en caso de dermatitis atópica? Aquí tienes una amplia selección. Todas ellas ayudarán a devolverle el confort a tu piel.