Si estás notando durante estos días de confinamiento que el tono de tu cara está más apagado, la piel más seca y que, incluso, te están apareciendo granitos, tranquila porque es normal.
Aunque estemos evitando, en gran medida, la exposición a los perjudiciales rayos del sol o a la contaminación, nuestra piel no está completamente a salvo. Y sí, a no ser que te estés poniedo mascarillas a diario y haciendo el completísimo ritual de belleza coreano, la cuarentena nos pasa factura y se refleja en nuestra cara.
Los culpables
- La luz azul. Sí, esa que emiten los móviles, ordenadores y tablets que tanto estamos usando estos días provocan envejecimiento digital. No solo la luz que se filtra por las ventanas puede provocar arrugas y manchas, también las radiaciones procedentes de la luz azul de nuestros dispositivos electrónicos. Conocida como luz HEV (High Energy Visible), o luz visible de alta energía, si nos sometemos a ella día y noche, lo que hacemos es suprimir la melatonina (hormona del sueño), de forma que el cuerpo permanece activo cuando debería descansar y realizar correctamente sus funciones de renovación celular. Por otro lado, tiene la capacidad de penetrar en nuestra piel, como los rayos UV, creando radicales libres. Las consecuencias más visibles es la pérdida de elasticidad de la piel y la hiperpigmentación.
- El estrés. Las preocupaciones, la incertidumbre y los nervios hacen que se dispare una hormona, el cortisol, que disminuye la síntesis de colágeno, aumentando la flacidez y aparición de arrugas, y la inflamación, que se traduce en bolsas bajo los ojos. También disminuye el flujo de la sangre en la piel, por lo que lo que a esta no le llegan los nutrientes como debiera. Relájate con estas sencilla claves.
- El insomnio. A nuestra piel le falta oxígeno ya sea por no salir a la calle o por la falta de descanso. Esto hace que las células de las capas más profundas de nuestra piel no se nutran correctamente y se traduzca en sequedad, falta de firmeza y de luminosidad, poros dilatados y granitos.
- La "relajación" en los hábitos de limpieza. Aunque no nos maquillemos, conviene hacer una buena higiene facial dos veces al día para eliminar las células muertas que se acumulan en la piel, así esta respira mejor, recibe adecuadamente los principios activos de las cremas y se ve más luminosa.
- Y ojo con la otra limpieza, la de la casa. Controla el abuso de agentes químicos desinfectantes, estos generan nanopartículas volátiles que la piel puede absorber. Así que cuando limpies en casa, usa también guantes y mantén las manos hidratadas, pero también el resto de la piel.
Que no cunda el pánico
Si ya has tomado conciencia de los hábitos que conviene corregir, tu gran soporte en tu ritual de belleza será una buena BB o CC cream (la diferencia entre una y otra es que la segunda es más indicada para una piel más madura y es más cubriente). Este tipo de cremas multifunción combinan hidratación, protección solar y una nota de color, además de contener la gran mayoría de ellas ingredientes antiedad. Para las que no les gusta usar a menudo base de maquillaje son perfectas, porque, además de tratar la piel, unifican el tono de una forma muy natural y eliminan de un plumazo cualquier imperfección. Lo que todas queremos, vamos, el favorecedor efecto buena cara.
Así que a partir de ahora, ya sabes, que el inminente fin de la cuarentena –eso esperamos todas– no te pille con mala cara... Y si tenemos que RESISTIR un poquito más, pues con más motivo, que nos coja con una buena BB cream a mano. Nosotras hemos seleccionado para ti las mejor valoradas por expertos en dermocosmética.