Avène
Has oído hablar de ellas, no paras de verlas por Instagram y hasta tus amigas han caído. Las aguas termales (o brumas faciales) se han convertido en todo un imprescindible de belleza que triunfa allá dónde va.
¿Qué son las aguas termales?
Su nombre ya es una pista bastante literal. Las aguas termales proceden del agua de la lluvia que viaja filtrándose entre las rocas y que se nutren con los minerales de la tierra. Su temperatura depende de la profundidad de su camino. Por esa razón nunca encontrarás dos iguales.
Sus beneficios varían según la composición de la que se hayan impregnado durante su recorrido. No obstante, en mayor o menor medida, siempre se enriquecen de minerales con numerosas propiedades: selenio (cicatrizante y antiinflamatorio), silicio y magnesio (regenerantes celulares que estimulan la renovación epidérmica), hierro (oxigenante celular), manganeso (antioxidante e hidratante), calcio (protector tisular), zinc (anti-inflamatorio y antibacteriano) o cobre, entre otras.
Así, las aguas termales se han convertido en uno de los imprescindibles de las celebrities que ya no viajan sin su bote en el bolso. Además, y dejando a un lado la moda que ha calado en todas las musas de la belleza, son ideales para pieles sensibles, atópicas o con tendencia a las reacciones alérgicas, ya que al tener una composición 100% de agua termal, no incomoda la piel.
Usos que desconocías de las aguas termales
- Hidratan. Dicen que es el mejor complemento para cuando viajas en avión, pero lo que no sabes es que son perfectas para climas secos, lugares con calefacción o aire acondicionado; o incluso para aquellos días en los que no tienes tiempo ni de aplicarte la hidratante. Además, y según un estudio de Vichy, tras una semana de uso, la sequedad cutánea disminuye alrededor de un 80%, formando una película semipermeable sobre la piel que mejora notablemente la retención del agua. Notarás tu dermis súper hidratada y con un efecto aterciopelado.
- Picaduras. Las aguas termales con un alto porcentaje de calcio mitigarán el picor y reducirán la hinchazón de picaduras. Ideales para mosquitos, arañas (y medusas).
- Poder cicatrizante. Para ello, asegúrate que lleven zinc, cobre y selenio. Estos tres ingredientes activan la síntesis de colágeno y elastina, reduciendo así el tiempo de curación de heridas superficiales.
- Reduce el envejecimiento prematuro. El manganeso y el magnesio protegerán tu piel de los radicales libres, los cuales se ocasionan por el estrés, la contaminación, los rayos ultravioleta del sol, los cambios bruscos de temperatura... En definitiva, factores que aumentan el envejecimiento y deterioro de la dermis.
- Post depilación o peeling. Tanto la depilación como los peelings dejarán tu piel enrojecida y sensibilizada. El agua termal ayuda a estabilizar el pH de la piel, ayudando a regenerarse y a eliminar la sensación de quemazón.
- Post gym. Ahora más que nunca es importante seguir una rutina fitness. No obstante, después de la actividad, nuestro rostro queda congestionado y enrojecido. El agua termal ayuda a volver al tono natural y a devolverle a la piel los minerales que ha perdido.
- (Des)Maquíllate. Sirve tanto para el antes como para el después. Si vas a maquillarte, el agua termal te ayudará a fijar tu base, y si por el contrario, lo que quieres es retirarlo, te ayudará a deshacerte de él sin esforzarte demasiado.
7 aguas termales que deberías tener en tu bolso
Ahora que ya sabes todos los usos que puedes darle a tu agua termal y cómo puede tu piel beneficiarse de ello, es hora de escoger la que mejor se adapte a ti. ¡Allá vamos!