Horóscopos al desnudo

Los defectos que los Géminis no quieren que sepas de ellos

¿Sólidos, estables, profundos, constantes, fieles...? Ni en sueños. Mira cómo son realmente los nativos del signo de los gemelos, y qué es lo que nos quieren ocultar.

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Carme del Vado

Redactora Jefe de CLARA.

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Su cacao mental

Lo de sus cambios de humor no solo es una cuestión simbólica limitada a los gemelos que lo representan. Géminis es esto, aquello, lo de más allá y viceversa. Así que no te alarmes si no lo acabas de entender del todo. En general, ni siquiera se entiende a sí mismo…

Foto: Natalie Portman, en Cisne negro.

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Volátiles, etéreos y superficiales

¿Qué esperabas? Géminis es un signo de Aire y, como tal, de entrada no tiene entre sus virtudes la solidez. Como mucho, puede llegar a ponerse denso o espeso como la niebla, pero poco consistente a no ser que tenga signos de Tierra en su ascendente y otras casas de su carta astral.

Foto: Chris Evans, en Dime con cuántos.

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Libres como el viento (y a su bola)

Otra de las características que le otorga el aire es su alergia a las ataduras (sean del tipo que sean). Géminis es uno de los signos de la libertad por excelencia. Y eso les hace ir siempre a la suya y, en el peor de los casos, ser un pelín egoístas, estar pendientes de sus necesidades y olvidarse de las de los demás. Ains...

Foto: Johnny Depp, en Piratas del Caribe.

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Persuasivos

Se podría decir que el culpable es su regente, Mercurio, planeta de la comunicación, que le otorga el don de la palabra y el poder de persuasión. Algo que convierte a Géminis en un experto comerciante de sí mismo (si es necesario) y dispuesto a todo para realizar sus deseos (incluso mentir si lo considera oportuno).

Foto: Nicole Kidman, en Eyes Wide Shut.

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Rompecorazones

Aunque sin pretenderlo, Géminis suele ir acarreando a sus espaldas unos cuantos corazones rotos. Es otra de las consecuencias de esa capacidad de persuasión que le otorga Mercurio y que, junto a su mirada despierta y chispeante, consigue conquistar hasta a la persona más dura y resistente. El flautista de Hamelín debía de ser Géminis sí o sí.

Foto: Angelina Jolie, en Lara Croft: Tomb Raider.

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Mentalmente infieles, siempre

Sí. Además de libre como el viento y bastante reacio al compromiso absoluto, Géminis no soporta las ataduras. La buena noticia para las personas que sean celosas es que su infidelidad no necesariamente es sexual. Lo que le pierde es conocer gente, coquetear y, en especial, la inteligencia y la novedad (pero no necesariamente tener sexo con las personas que le atraen).

Foto: Colin Farrell, en Noche de miedo.

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Inconstantes

Es algo que va asociado a su volatilidad. ¿Verdad que el aire no siempre circula en la misma dirección ni con la misma intensidad? Pues Géminis, tampoco. Todo depende de cómo soplen sus intereses en un determinado momento.

Foto: Johnny Depp, en Chocolat.

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Fríos a su pesar

Aunque no soportan que les tachen de fríos, es algo inevitable. Aire, el elemento de Géminis, es el más frío de los cuatro. Sin embargo, tienen toda la razón cuando niegan ser TAN fríos como les atribuyen. Incluso el viento puede ser cálido o gélido dependiendo de dónde se origine. Pero pocas veces llegará al nivel del Fuego, de la lava (que no es otra cosa que Tierra encendida), o del Agua en ebullición.

Foto: Cayetana Guillén Cuervo, en El ministerio del tiempo.

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Hipernerviosos

Es uno de los secretos mejor guardados de Géminis. Aunque ponga cara de póquer y te parezca que lo tiene todo controlado sin que se le mueva ni una sola pestaña, en su interior hay un enjambre de cortocircuitos produciéndole descargas a todas horas. Este es uno de los principales motivos que les hacen estar siempre en movimiento y nunca quietos (tanto física como vitalmente).

Foto: Chris Pratt, en Jurassic World.

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Súper despistados…

¿Te sorprende? Sumando volatilidad, libertad, inconstancia e hipernerviosismo, ¿qué esperabas? Su mente y su alma están en tantos sitios al mismo tiempo que sería casi imposible que Géminis no tuviera despistes... Está en su ADN.

Foto: Johnny Depp, en Eduardo Manostijeras.

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Y muchos secretos más...

Si quieres saber más cosas de este horóscopo, no te pierdas el resto de secretos de Géminis.

Bienvenida al lado oscuro de las personas nacidas bajo el signo de Géminis. Si además de los defectos inconfesables que acabas de descubir quieres saber más cosas, no te pierdas todo lo que te contamos a continuación...

Un signo seductor y cambiante

Si se ha cruzado un Géminis en tu camino es más que probable que hayas quedado atrapada entre su hipnótica mirada y su brillante conversación. Es cosa de Mercurio, su planeta regente, que lo convierte en uno de los signos más persuasivos y encantadores del horóscopo (y uno de los que más corazones rompe...).

Es uno de los signos más persuasivos y encantadores

Pero a medida que lo vas tratando, tarde o temprano tropiezas con sus cambios de humor. De ahí que lo representen con los gemelos Cástor y Pólux, dos hermanos de la mitología griega nacidos de la misma madre pero diferente padre, uno mortal y el otro inmortal.

Esto simboliza que Géminis puede ser desde la persona más terrenal hasta la más espiritual. Y pasar de ser, en un suspiro, de la más fría y distante a la más comprensiva y atenta del mundo.

Alérgico al estancamiento

Además, Géminis es uno de los tres signos del elemento Aire, y eso le hace ser libre como el viento, volátil, inconstante, hipernervioso y bastante frío a su pesar. Nada que ver con los apasionados signos de Fuego, los hipersensibles signos de Agua, ni los rotundos signos de Tierra. Lo suyo es el movimiento constante, la comunicación y el intercambio de ideas. Prohibido estancarse.

A Géminis, como al aire, no se le puede aprisionar

Por supuesto, Géminis puede ser un amor, pero conocer su "otra" naturaleza te puede ahorrar más de una sorpresa. Lo más importante es que, igual que al aire, no se le puede aprisionar. No solo escapará tarde o temprano sino que, cuando tratan de retenerlo, su impulso de salir corriendo se eleva a la enésima potencia.

Y el otro punto súper importante es que detesta el aburrimiento. No se lleva bien con las personas lentas, pasivas y sin iniciativa. Les pone tan nerviosos rodearse de personas estancadas como no saber qué hacer.