Del 23 de octubre al 21 de noviembre es el reinado de Escorpión. Tanto si estás esperando un bebé para estas fechas como si ya tienes un hijo de este signo, aquí tienes todos los secretos y todas las claves para saber cómo es el niño Escorpión según los astros.
Sensible e introvertido, pero muuuy intenso
Lo primero que tienes que tener en cuenta es que estás ante un niño que puede ser muchas cosas, pero absolutamente siempre muuuuuy intenso. Nada de medias tintas. Cuando llore, llorará a moco tendido. Y cuando ría, reirá a carcajadas. Y es que estar regido por Plutón, el astro representado por el dios de los muertos, y simbolizado por el mortífero escorpión no es una carga fácil de llevar.
Guarda su espíritu sensible y vulnerable bajo su duro caparazón
Además, como signo de agua, elemento de la sensibilidad, las emociones y la intuición, el niño Escorpión lo siente todo elevado a la enésima potencia, para bien y para mal... Cuando es feliz, es el más feliz de todos. Y cuando es infeliz, parece que caiga en un pozo sin fondo.
Sin embargo, todo esto lo irás descubriendo poco a poco. Introvertido y reservado, el niño Escorpión guarda celosamente su espíritu sensible y vulnerable bajo su duro caparazón y protegido por su cola venenosa. Camaleónico como pocos, es capaz de transformarse en cualquier cosa con tal de pasar desapercibido y actuar a sus anchas...
Firme, decidido y amante de los retos
Lo primero que le delata desde muy pequeño es una mirada penetrante que se te clava como una espada. Si no quieres rendirte a sus caprichos, tienes que estar preparada para sostenerla y no dejarte intimidar por ella. Solo así podrás imponer tu voluntad.
No hay nada que le estimule más que lo prohibido
Firme y decidido, el bebé Escorpión no se para ante nada cuando quiere algo. Los barrotes de la cuna y la barandilla del parque no son obstáculos para él, sino un reto que tarde o temprano logrará superar. Y ten por seguro que lo hará, porque no hay nada que le estimule más que lo prohibido.
Como le encantan los retos, se sentirá cómodo en todos aquellos juegos que pongan a prueba su capacidad física o intelectual. Y todo lo que implique transformar cosas a su antojo: desde modelar arcilla o plastilina hasta hacer construcciones, manualidades y experimentos, o incluso colaborar en las recetas de cocina.
Inclinación a ser mandón y posesivo
Amante de todo lo secreto y lo misterioso, no se conforma con explicaciones simplonas. Le gusta saberlo todo y comprobar por sí mismo los hechos. Además, como es muy independiente y decidido, a menudo se mostrará rebelde y desafiante y te costará enseñarle a obedecer.
Sin embargo, no desistas en el empeño, ya que su naturaleza le puede llevar a ser intolerante, rencoroso y vengativo, y a ahogarse en un vaso de agua cuando no se sale con la suya.
Leal como ninguno y perseverante hasta la saciedad
La clave es ganarte su respeto y confianza mostrándote firme pero comprensiva. Y enseñándole a aceptar la frustración y a ser atento y compasivo con los demás. Solo así lograrás controlar y canalizar su inclinación natural a ser mandón, posesivo y celoso.
Si le enseñas a manejar el fracaso como algo de lo que se puede aprender, verás una de sus mejores virtudes: la capacidad de transformarse y renacer de sus propias cenizas. Y poco a poco se irá forjando un adolescente leal como ninguno, perseverante hasta la saciedad para alcanzar sus metas, y súper implicado en todo lo que hace.