¡Eficacia comprobada!

Trucos sencillos y eficaces para alargar la vida de la ropa

Si quieres que tus prendas favoritas te duren más tiempo, sigue nuestros consejos para lavar, secar, planchar y guardar la ropa… ¡y lucirán como nuevas!

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Mamen Lorenzo

Directora de Estrategia Digital

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Antes de lavar la ropa...

Lee las etiquetas. En ellas encontrarás toda la información necesaria sobre cómo cuidar la ropa y qué precauciones tener. Pretrata las manchas, cierra las cremalleras, y no olvides vaciar los bolsillos, repasar que no haya botones sueltos que pudieran caerse durante el lavado, y asegurar lazos, aplicaciones…

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Separa la ropa por colores

Nunca laves a la vez prendas de tonos claros y fuertes, evitarás que haya transferencias de color de unas a otras en caso de que alguna destiña. Y las prendas blancas, lávalas aparte. Ni siquiera con colores claros, porque si no perderán la blancura. Además, así puedes usar un blanqueante o lejía si es necesario.

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Y dale la vuelta

Sobre todo la de color. Al lavarla del revés los colores se desgastan menos, evitas que los estampados se estropeen e impides que salgas esas bolitas y esas manchas blanquecinas que la envejecen.

 

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Al poner la lavadora...

Opta siempre que sea posible por programas a baja temperatura, cortos y con poco centrifugado. Y no uses demasiado jabón ni suavizante.

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Temperatura ideal

Lo más recomendable es lavar con agua fría o templada. Solo las prendas de algodón muy sucias (manteles, toallas...) se lavan a más de 40 °C. El resto basta con hacerlo a 30 °C o en frío. Las que incorporan fibras sintéticas, sobre todo licra (leggins, vaqueros, ropa deportiva...), son muy sensibles al calor, con el que pierden elasticidad y forma.

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Escoge el detergente adecuado

Para la ropa blanca y de colores claros, elige preferentemente detergentes que contengan oxígeno activo, un blanqueante que recupera el blanco original y además actúa muy bien contra las manchas. Y para los colores fuertes,
opta por productos específicos para proteger el color. Realmente funcionan y la prenda mantendrá su vivacidad y brillo durante más tiempo.

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Prendas delicadas

La ropa interior, siempre que sea posible, lávala a mano con jabón para prendas delicadas. Si lo haces en la lavadora, hazlo dentro de bolsas de redecilla para evitar que se enganche y el desgaste excesivo. Y las prendas de
lana lávalas a mano. Sumérgelas en el agua, pero no frotes ni restriegues, y sécalas en horizontal, no las cuelgues.

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Si usas secadora...

No lo hagas con programas largos ni a temperatura muy alta. Si la ropa se reseca en exceso, queda áspera y poco a poco se estropea. Además, sale arrugadísima y cuesta mucho más plancharla, e incluso puede encoger.

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Si la tiendes...

Evita que le dé el sol directo, ya que acaba desgastando las fibras. En el caso de la ropa blanca puede ayudar a blanquearla. Pero mantén las prendas negras y de color alejadas del sol para que no se decoloren. Tampoco tiendas la ropa muy húmeda ni la tengas mucho tiempo en el tendedero para que no se deforme y acartone.

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Para que no queden marcas

Utiliza pinzas adecuadas. Las hay de diseño ergonómico que no dejan marcas; y de plástico 100%, lo que previene las posibles manchas de óxido, ya que el muelle no es metálico como en las tradicionales. Pantalones y faldas se sujetan por las costuras; las camisetas, por la parte inferior; las camisas se cuelgan en perchas, y las prendas de lana y punto deben secarse extendidas para que no se deformen.

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A la hora de planchar...

Plancha la ropa del revés, ligeramente húmeda y a la temperatura más baja posible. Así se plancha más fácilmente, no perjudica tanto el tejido y se evitan brillos.

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Guárdala con mimo

Los vestidos y las blusas cuélgalos en perchas acolchadas. Para los abrigos usa perchas anchas y resistentes. Pero las prendas de punto nunca las cuelgues, porque se deformarán.

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Doblada y sin apretujar

Para que no le salgan marcas o arrugas extra, ni se roce con baldas o cajones, dóblala con mimo. Si no sabes cómo, prueba el método de Marie Kondo para doblar la ropa con el que además ahorrarás espacio y encontrarás la ropa más fácilmente.

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Cada cosa en su sitio

No mezcles la ropa recién lavada con la que ya te has puesto. Tampoco guardes los complementos (cinturones, bolsos...) con las prendas, ya que los apliques pueden enganchar los tejidos. Jerséis y prendas de punto o rizo (como las toallas) se guardan mejor en baldas para que no se apelmacen. En cambio, camisetas o polos pueden ir en cajones.

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La ropa de otra temporada

Límpiala y guárdala en la parte menos accesible del armario  con unas ramitas de lavanda para evitar bichos. Los abrigos guárdalos en fundas.

Comprobado, si cuidas con mimo la ropa, puede durarte unas cuantas temporadas. ¿Quieres saber cómo? Muy fácil, sigue estos sencillos pero infalibles trucos y las claves de la galería de imágenes para lavar, secar, planchar y guardar la ropa, y mantendrás tus prendas favoritas como el primer día durante muuuuucho tiempo.

Antes de lavar la ropa, prepárala y evita problemas

  • Lee las etiquetas. En ellas encontrarás toda la información necesaria sobre cómo cuidar la ropa y qué precauciones tener. Y si no lleva etiqueta o la ha perdido, aquí tienes los trucos para saber de qué tejido es una prenda.
  • Pretrata las manchas. Existen productos específicos que te ayudarán a eliminar las manchas sin tener que recurrir después a un lavado demasiado agresivo.
  • Cierra las cremalleras. Evitarás que dañen otras prendas. No olvides vaciar los bolsillos, repasar que no haya botones sueltos que pudieran caerse durante el lavado, y asegura lazos, aplicaciones…
  • Clasifica la ropa. Haz 3 grupos: de ropa blanca, colores oscuros y claros. Pero ve más allá y divídela también en prendas delicadas y resistentes.
  • Dale la vuelta a la ropa. Sobre todo la de color. Al lavarla del revés los colores se desgastan menos, evitas que los estampados se estropeen e impides que salgas esas bolitas y esas manchas blanquecinas que la envejecen.
  • Para fijar el color. Antes del primer lavado de la prenda, métela en agua con vinagre blanco. Se mantendrá bonita más tiempo.

A veces no hace falta lavar la ropa, sino que basta con que la airees.

Al poner la lavadora, hazlo correctamente

  • Programa. Opta siempre que sea posible por programas a baja temperatura, cortos y con poco centrifugado. Y no uses demasiado jabón ni suavizante.
  • Con agua fría o templada. Solo las prendas de algodón muy sucias (manteles, toallas...) se lavan a más de 40 °C. El resto basta con hacerlo a 30 °C o en frío. Las que incorporan fibras sintéticas, sobre todo licra (leggins, vaqueros, ropa deportiva...), son muy sensibles al calor, con el que pierden elasticidad y forma.
  • Usa programas cortos. Hazlo siempre que puedas, tanto en el lavado como en el centrifugado. Cuanto más largos, más fricción y más se estropea la ropa.

Mira las etiquetas de las prendas para saber cómo lavarlas y plancharlas

Escoge el detergente más adecuado

  • Ropa blanca y de colores claros. Elige preferentemente detergentes que contengan oxígeno activo, un blanqueante que recupera el blanco original y además actúa muy bien contra las manchas.
  • Colores fuertes. Opta por aquellos productos que están específicamente pensados para proteger el color. Realmente funcionan y la prenda mantendrá su vivacidad y brillo durante más tiempo.
  • Prendas delicadas. Las de seda, con encajes... se lavan con detergentes también específicos, que no contengan cloro, lejías ni blanqueadores. Los mejores son los líquidos indicados para lavar a mano.
  • Ropa interior. Siempre que sea posible, lávala a mano con jabón para prendas delicadas. Y si lo haces en la lavadora, hazlo dentro de bolsas de redecilla para evitar que se enganche y el desgaste excesivo. Para guardar los sujetadores, dóblalos metiendo una copa dentro de la otra.
  • Lana. Lávala a mano con detergente para prendas delicadas. Sumérgela en el agua, pero no frotes ni restriegues. Sécala en horizontal, no la cuelgues.
conseguir ropa blanca sin lejia

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¿Cómo puedo conseguir ropa interior más blanca sin usar lejía?

Nacho Benavides

Aprende cómo secar la ropa sin estropearla

  • Si usas secadora. No lo hagas con programas largos ni a temperatura muy alta. Si la ropa se reseca en exceso, queda áspera y poco a poco se estropea. Además, sale arrugadísima y cuesta mucho más plancharla, e incluso puede encoger.
  • Si la tiendes. Evita que le dé el sol directo, acaba desgastando las fibras. En el caso de la ropa blanca puede ayudar a blanquearla. Pero mantén las prendas negras y de color alejadas del sol para que no se decoloren.Tampoco tiendas la ropa muy húmeda ni la tengas mucho tiempo en el tendedero para que no se deforme y acartone.
  • Para que no queden marcas. Las prendas de lana y punto deben secarse extendidas para que no se deformen. Pantalones y faldas se sujetan por las costuras; las camisetas, por la parte inferior; y las camisas se cuelgan en perchas.

Evita tender al sol directo para que la ropa no se decolore ni se desgaste

Precauciones a la hora de planchar

  • Húmeda. Plancha con la ropa ligeramente húmeda y a la temperatura más baja posible. Así se plancha más fácilmente y no perjudica tanto el tejido.
  • Del revés. Plancha siempre así las prendas, evitarás que les salgan esos brillos que las deslucen. Y hazlo en la dirección del tejido para que no se deformen.
  • Planchas inteligentes. Hay planchas que ajustan automáticamente la temperatura y la salida de vapor al tipo de tejido que se está planchando para que no se queme.

Cuida tu ropa planchándola del revés y a baja temperatura

Y cómo guardarla con mimo

  • Con una buena percha. Los vestidos y las blusas cuélgalos en perchas acolchadas. Para los abrigos usa perchas anchas y resistentes. Pero las prendas de punto nunca las cuelgues, porque se deformarán.
  • Doblada y sin apretujar. Para que no le salgan marcas o arrugas extra, ni se roce con baldas o cajones. Si no sabes cómo, prueba el método de Marie Kondo para doblar la ropa con el que además ahorrarás espacio y encontrarás la ropa más fácilmente.
  • Por separado. No mezcles la ropa recién lavada con la que ya te has puesto. Tampoco guardes los complementos (cinturones, bolsos...) con las prendas, ya que los apliques pueden enganchar los tejidos.
  • En su sitio. Jerséis y prendas de punto o rizo (como las toallas) se guardan mejor en baldas para que no se apelmacen. En cambio, camisetas o polos pueden ir en cajones.
  • De otra temporada. Guarda la ropa limpia y con unas ramitas de lavanda para evitar bichos. Los abrigos guárdalos en fundas.
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