Estoy en un momento de mi vida en el que necesito hacer cambios: no me gusta mi trabajo, ni mi casa, ni mi familia y no sé por dónde empezar, todo se me hace cuesta arriba, he pensado en cambiarme de ciudad para empezar de cero, pero no sé si es buena idea, ¿qué me recomiendas?

Que no te mudes. He tenido en consulta muchas personas con esta misma queja: querer cambiarlo todo para estar bien. Siempre les digo lo mismo: no cambies nada en este momento, ¡cambia tú!

Desde la psicología cognitiva apostamos porque el cambio es interno, de pensamiento, de forma de ver las cosas, y no al revés. Muchas personas dejan el trabajo o a la pareja o se cambian de ciudad anhelando un nuevo inicio, como si cambiando ese escenario todo fuese a ser diferente y la verdad es que tarde o temprano las sensaciones de antes vuelven, es decir, este plan falla estrepitosamente.

Lo que te propongo es hacerlo a la inversa: cambia tu forma de ver tu trabajo: ¿es realmente tan horrible? Seguro que tiene sus cosas buenas, piénsalo. Con tu marido, ¿qué es lo que pasa? ¿Aburrimiento? ¿Exigencia? Intenta transformar la queja y la critica en agradecimiento. Valora lo que sí tienes. La queja es la señal de que estamos pensando de forma irracional.

Te diría que al menos te mantengas unos seis meses pensando diferente y si pasado este tiempo, sigues queriendo ese cambio, hazlo, y seguro que será un cambio mas libre, no desde la queja y el hastío; sino desde la libertad de elegir y allá donde vayas sabrás que podrás adaptarte y estar bien. La clave del cambio esta dentro de nosotros en cualquier circunstancia.