Estoy casada desde hace 15 años y tenemos dos niños. Hace unos tres años que yo no soy feliz con la relación. Se ha vuelto rutinaria y no nos expresamos amor como antes. He pensado muchas veces en separarme, pero algo me lo impide: el miedo a lo desconocido, hacer sufrir a los niños… ¿Qué hago?

Todos experimentamos algo de miedo –al menos, cierto nerviosismo– ante decisiones y situaciones nuevas. Pero, una y otra vez, comprobamos que lo mejor es seguir hacia delante.

Yo te recomiendo que, primero, lleves a cabo una separación temporal de cuatro meses. Ese tiempo te servirá para evaluar en qué medida deseas estar con tu marido o no. La idea es dar un paso intermedio, antes de dar el paso más grande.

Tiempo para reflexionar

Explícale que necesitas ese tiempo para reflexionar sobre vuestra situación y que, durante esos cuatro meses, tanto tú como él podéis tener otras historias sentimentales. La idea es vivir la experiencia de la separación para comprobar si realmente es lo que queremos o no.

Yo llevo mucho tiempo haciendo este ejercicio en terapia de pareja, y alrededor de un 50% de los casos se separa definitivamente al final del periodo. Sin embargo, otro 50% retoma la relación, pero esta vez reactivada, regenerada y, como me dicen muchas veces, de nuevo enamorados.

Está claro que ahora necesitas más información acerca de si deseas estar con él o no. Y la única forma de obtenerla es llevando a cabo este ejercicio de cuatro meses de separación. Las otras opciones, "no hacer nada" o "separarse repentinamente", no son demasiado buenas, porque la primera implica no solucionar el problema, y la segunda, arrojarse con mucha ansiedad hacia una aventura demasiado desconocida.