Ser feliz

Rafa Santandreu

Ser feliz

Soy psicólogo por la Universidad de Barcelona y me dedico al trabajo con pacientes, a la formación de profesionales de la salud y a la divulgación de la psicología dando conferencias. Soy autor de varios best sellers:“El arte de no amargarse la vida” , "Ser feliz en Alaska" o "Nada es tan terrible". Desde aquí, cada semana responderé a vuestras consultas. ¿Mi objetivo? Que podáis ser felices en cualquier situación, incluso contra viento y marea.Más información sobre mí.

¿La vida de adulto es interesante?

Mis padres me insisten en que debo madurar. Tengo edad para ser adulta, pero yo lo único que veo es que solo consiste en trabajar y tener obligaciones, no veo nada bueno, pero todos dicen que debería crecer, ¿por qué?

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Rafael Santandreu

Psicólogo y autor del libro "Sin Miedo".

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Mis padres me insisten en que debo madurar. Tengo edad para ser adulta, pero yo lo único que veo es que solo consiste en trabajar y tener obligaciones, no veo nada bueno, pero todos dicen que debería crecer, ¿por qué? ¿La vida de adulto es interesante?

Sí, rotundamente. La vida de adulto ofrece muchísimas posibilidades y lo natural es seguir creciendo, evolucionando. Si te quedas en plan infantil, solo vivirás un 10% de todo lo que podrías experimentar… ¿De verdad te lo vas a perder?

Muchos jóvenes no quieren “hacerse mayores” porque les da miedo la responsabilidad, y por eso no asumen compromisos. No se meten de lleno en nada y van pisando de puntillas. Ni siendo del todo niños ni del todo mayores, y mientras la vida pasa a su alrededor, ellos se quedan como espectadores pasmados.

Las responsabilidades son libertad. Una manera estupenda de fortalecer la mente, de hacernos fuertes, es entrenando compromiso y perseverancia, dos cualidades que si las fortalecemos siempre serán de ayuda. Si lo vemos como obligación es cuando se convierte en un rollazo.

A tus padres les diría que una forma de animarte sería la de tratarte como una adulta: tener privilegios a cambio de responsabilidades. Por ejemplo, si no participas en tareas domésticas, no habrá paga. Tú decides, pero tus padres también. Piénsalo bien, tendrías más libertad y te sentirías más capaz. No te quedes congelada en tu niñez y sigue adelante. Creo que lo que temes está más en tu cabeza que en la realidad, porque puedes construir tu vida como quieras.

Desde luego hay muchas cosas que ganarías: tener un sueldo y poder hacer tus planes, viajar, conducir, decidir, ahorrar…

Las responsabilidades se eligen. Por tanto, en lugar de vivirlo como una obligación y lamentarte por “tengo que trabajar o hacer esto o lo otro”, puedes ser consciente de que realmente es una elección, puedes pensarlo como “elijo trabajar y hacer esto y lo otro porque me compensa y me gusta”. Siempre podemos elegir, tenemos margen para cambiar las cosas.

Además, la sensación de disfrutar de un logro, del resultado de algo que has sembrado, es un placer adulto. Madura y ponte las pilas, aprende a disfrutar de otra forma. ¿Quieres elegir o verlo pasar?