Sin filtros

Dark Girl

Sin filtros

Soy una blogger y hater profesional. Desde pequeña me di cuenta de que todas las cosas tienen dos lados, y a mí me gusta el lado más oscuro, ligeramente molesto (y a veces algo ácido) de la vida. Soy esa voz interior que siempre acallas porque tu parte que quiere quedar bien gana. No soy mala, es que nací sin filtros.

No, no y no

10 cosas que no deberías hacer en tu cena de empresa

Para que no sufras durante ni después de la cena de Navidad de tu empresa, grábate este decálogo a fuego y evita hacer el ridículo.

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Estás tranquilamente en la oficina y de repente tienes un email. Un escalofrío recorre todo tu cuerpo al ver el asunto del mensaje: “Cena de Navidad”. Mierda… ¿ya ha pasado un año? ¿De verdad?! Dudas si abrirlo o no. Quieres borrarlo. Elimínalo y aquí no ha pasado nada, te dices. ¡Hazlo!

Al final te armas de valor y lo abres con la ilusión de que sea SPAM, pero no. Ahí está, esa bomba camuflada de buenas intenciones, la CENA DE NAVIDAD es un hecho y no, no vas a poder escapar de ella. Un año más vas a mezclarte con las súper compis de la oficina, tendrás que aguantar el chaparrón cuando los freaks de turno vengan a darte la brasa y lo peor de todo es que deberás hacerlo poniendo buena cara.

Para que tu paso por este “divertido” evento no sea un desastre, he preparado un decálogo que deberías grabarte a fuego en el cerebro. Estas son las 10 cosas que no deberías hacer en la cena de empresa y si las haces, luego no digas que no te he avisado.

1. Beberte hasta el agua de los floreros

Sí, aunque cueste reconocerlo, nos gusta empinar el codo. Somos de beber, para qué engañarnos. No te digo que no te tomes un par de copas, de hecho ya sabemos que la capacidad de socialización es directamente proporcional a las copas que llevemos, así que vale. Lo que quiero decir es que no te dejes cegar por la barra libre y termines pareciendo Ernesto de Hannover en sus mejores tiempos. Si quieres acordarte de todo al día siguiente y poder cuchichear sobre los otros y no ser tú el centro de las burlas, tómate máximo dos copitas y luego pide agua, refrescos o incluso una 0,0, que también da el pego.

2. No te rías de los chistes malos del jefe

Da igual que te hagan reír de verdad, NUNCA y repito, NUNCA, muestres tus debilidades ante la jauría de hienas que son tus compañeros. Están al acecho, vigilando a su presa, y estos ji, ji, ja, ja pueden ser malinterpretados como peloteo o, mucho peor, coqueteo. ¡Buaj! El sector femenino suele ser el peor, así que si quieres evitar rumores malintencionados, no te acerques a tu jefe en ningún momento.

3. NO te enrolles con un compañero

NO, NO y NO. No eres la protagonista de Bones, ni de Anatomía de Grey ni de The Good Wife, así que te recomendamos que evites lanzarte al cuello del buenorro que hace las fotocopias o del cachas del departamento comercial. Obviamente, ya ni hablo de tu jefe. Normalmente estos rollos suelen estar precedidos de cantidades ingentes de alcohol, así que si bebes agua, te será más fácil no caer en la tentación. Si te gusta alguien, tírale los trastos otro día, que no te viene de ahí.

4. Evita aparecer disfrazada

Todos en la oficina saben cómo vistes, así que no hace falta que innoves y decidas transformarte en Rachel Weisz en el Festival de Cine de Toronto, Björk en los Oscar de 2001 o Kim Kardashian en… bueno, en cualquiera de sus apariciones. Lleva algo con lo que te sientas bien y que sea de tu estilo. Muy importante: si no sueles llevar tacones, busca un calzado plano, que luego pasa lo que pasa.

5. Evita llevarte las sobras en un táper

Está bien que lo hagas en los restaurantes porque, qué quieres que te diga, al fin y al cabo lo estás pagando, pero en la cena de empresa, no. Así que si no quieres parecer desesperada por hacerte con el táper del día siguiente, NO te lleves las sobras. Y si lo haces, invéntate alguna excusa más o menos creíble, aunque da igual porque no va a colar.

6. No te vayas la última

Deja ese privilegio a otros y retírate a una hora prudencial, y más, si trabajas al día siguiente. No te digo que cenes y te vayas haciendo bomba de humo, pero encuentra un punto medio. Evita frases típicas como “la penúltima y nos vamos” y cantar aquello de “alcohol, alcohol, hemos venido a emborracharnos, el resultado nos da igual”, no salgas del local tambaleándote y todo irá bien (aunque si acabas cayendo en la tentación del alcohol, te contamos cómo quitar la resaca rápido y recuperarte en tiempo récord).

7. Dejar el Facebook abierto

Si no quieres aparecer al día siguiente con tu muro lleno de fotos desastrosas y de dudosa reputación, asegúrate de que tienes activada la “Revisión de etiqueta” y “Revisión de biografía”. Más vale prevenir. Otra opción es hacerse un Pantoja y destrozar todas las cámaras, móviles o polaroids que encuentres a tu paso. Tú verás qué te sale más a cuenta.

8. No bailas como Beyoncé, sorry

A menos que lleves desde los 3 años dándole al baile o quieras presentarte a Fama, a bailar, mi consejo es que no te lances a la pista como una loca. Puedes balancearte ligeramente, mover los pies e incluso, si me apuras, acompañarte de los brazos, nada más. Nada de piruetas, saltitos raros, aspavientos o ruiditos extraños. Tienes una reputación que mantener.

9. Evita sacar tu lado Lydia Lozano

No cotillees, no critiques y, sobre todo, NO rajes de tus jefes. Tómate esta cena como una forma de conocer a nuevos compañeros, para hablar de cosas banales y pasar un buen rato (en la medida de lo posible). Piensa que esto es como en las pelis, todo lo que digas puede ser utilizado en tu contra, así que mejor tómate un par de canapés y ten la boca cerradita.

10. No vayas en coche

Aunque querrás cumplir el punto 1 con todas tus fuerzas, lo más probable es que no lo consigas, así que mejor, ve en taxi. Eso sí, ten a mano estos consejos para superar la resaca porque querida amiga, si te dejas llevar por el dios Baco, el día siguiente será muy largo.

Todo esto está muy bien, pero como luego harás lo que te dé la gana –que para eso eres hater–, te confieso que es posible sobrevivir a la cena de empresa sin cortarte las venas siguiendo estos pequeños consejos:

  • Busca la complicidad de la otra hater de la oficina. La reconocerás porque las secretarias huirán despavoridas a su llegada. Cuando la encuentres, sáltate el punto 9 a la torera y conviértete en Lydia Lozano, Kiko Matamoros o en una versión aún más traicionera de Luis Rollán. Critícalo todo, todo y todo.
  • Nadie viste bien. Eso es así. No es una opción comprar ropa en el súper, tampoco queremos ver modelitos del año ’93 ni prendas que no se pondría ni Lady Gaga. Así que quédate en una esquina con la hater número 2 y analiza al personal. Siéntete igual de poderosa que Meryl Streep en El diablo viste de Prada y raja lo más grande. Total, tú eres la que lleva el mejor modelito, así que te lo puedes permitir.
  • Adivina quién se enrollará con quién. Ya te he dicho que ni te plantees el punto 3, pero no he dicho nada de los demás. De hecho, cuantos más rollos haya durante la cena de empresa, mejor. Y sí, puedes incitar a beber a esos dos pardillos y esperar a ver qué pasa…
  • Conviértete en paparazzi. Asegúrate de que tu móvil está al 100% de batería y tenlo a mano para inmortalizar los mejores momentos. Nunca sabes cuándo puede venirte bien un poco de chantaje inocente.
  • Tira de streaming. Haz una conexión en directo desde Instagram o Facebook cuando la que te cae peor del despacho esté en su momento álgido dándolo todo bailando Paquito el Chocolatero. Al día siguiente siempre puedes decir aquello de “Lo siento mucho. Me he equivocado. No volverá a ocurrir”. Si a algunos les funciona… ¿a ti por qué no?